Capítulo 5.

264 36 13
                                    

Abil 24, 2013

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Abil 24, 2013.

No tenía que ir a Galdós porque había discusión de contrato de futuras campañas, donde tenía que estar presente, pero me aburría mucho así que se lo dejé a Fletcher. 

Así que estaba en la plaza, tocando guitarra disfrutando de mi día libre auto impuesto, incluso Ethan había aprovechado que no debía acompañarme a la agencia para hacer de las suyas.

Mi teléfono sonó y atendí al ver que era Inna

—Hola —murmure distraída acomodando mi guitarra a un lado.

—Mía, ¿cómo estás? ¿Estás muy ocupada? —Preguntó apurada.

—¿Qué quieres Inna? —Pregunté desconfiada— estoy en el parque, tocando guitarra.

—Bueno, estoy aburrida en mi casa y pues queria saber si podrias venir y asi hablamos un rato —comentó como si nada

¿Sabían qué era raro?

Eso.

Ella no llamaba porque quería hablar un rato, ella llamaba porque necesitaba una tarea o la cubriera con sus padres, pero no para hablar un rato como amigas.

Digo, hubiese sido normal hace 4 o 5 años atrás, pero cuando nuestros intereses comenzaron a cambiar, yo no era la amiga que llamaban para hablar.

Me había alejado tanto de las chicas al estar más enfocada en mi trabajo y ellas al tener otros intereses, había perdido a su vez el interés de ser su amiga, sobre todo cuando su amistad hacia mí se volvió interesada, pues conseguían ropa, maquillaje, incluso entradas a eventos gratis, donde por supuesto, conocían chicos lindos. 

—¿Necesitas algo? —indagué insegura.

—No, no necesito nada, sólo quiero hablar —insistió— ¿puedes? 

Suspiré mientras tocaba mi frente y sopesaba mis opciones.

—Está bien, en unos minutos estoy ahí —acepté resignada.

Fui caminando hasta su casa, ya que el parque quedaba cerca de allí ¿conveniente, no? 

Me detuve a comprar un helado para comer en el camino, acomode mi guitarra en mi hombro y disfruté de los pocos minutos que me quedaban para estar conmigo misma.

Cuando llegué llamé al timbre para que saliera, aunque salió fue su mamá.

Hacía mucho que no la veía, ella nunca estaba en casa y yo no acostumbraba ir de visita. 

Mundos Alternos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora