Cuando menos lo esperas, tu vida da un giro y el amor no será la salvación.
¿Dónde queda tu integridad cuando la oscuridad te alcanza?
Caminas, caes, tomas un respiro y miras al frente, siempre al frente porque si volteas, te caes de nuevo.
***
Dos...
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Diciembre 12, 2013.
—Deberás seguir tomando reposo, la semana que viene comenzarás con la fisioterapia —Recomendó el doctor mientras me revisaba las costillas.
Asentí mientras lo veía anotar en la libreta del paciente.
—Tu hombro está mejor, fue una suerte que no sufriera un daño mayor —Me miró y sonrió apenado.
Todos lo hacían cuando hacían alusión a lo que había ocurrido.
Terminó de darle indicaciones a la enfermera y salió de la habitación.
La enfermera, sonriente, acomodó el tratamiento para pasarme por la vía, como era costumbre, veía de reojo lo que me ponían, fruncí el ceño al ver que tenía un medicamento nuevo.
—Creí que estaba mejorado —Le dije distraída.
—Si lo hace señorita —Asintió despacio, concentrada en preparar las jeringas.
—¿Entonces por qué me van a pasar Clopidogrel? —murmuré confundida leyendo entre los medicamentos.
Si bien no tenía idea de medicinas, al tener una madre médico, era inevitable no tener ciertos conocimientos no tan básicos de medicina, además con la abuela Lulú había estado aprendiendo más.
—Uh, tienes razón, menos mal te fijaste, este no es para ti —murmuro revisando la libreta al pie de la cama.
Fruncí el ceño y observé cómo acomodaba y separaba todo para no confundirse de nuevo.
La enfermera era nueva, al menos conmigo, solo había estado en dos ocasiones y aunque era amable, se notaba distraída, no quise hacer un drama de todo, pero pasarle mal un medicamento a un paciente, se considera negligencia médica. Quizá yo fuese paranoica, quizá yo estaba sobre pensando las cosas estando encerrada en ese lugar, pero no quería que ocurriese nada que pudiese mantenerme más tiempo del debido ahí.
Añoraba mi soledad, mi cama, mi tranquilidad, extrañaba mi espacio, los hospitales no me daban confianza, sin duda, no me sentía cómoda allí.
La enfermera terminó y salió murmurando un disculpe, quizá creyendo que la iba a notificar, nada más lejos de la realidad, no quería seguir llamando la atención en ese lugar.
Suficiente con ser la modelo de las desgracias.
Me recosté con un poco de dolor, esperando que el calmante hiciera efecto, si bien el dolor no menguaba, ya me había acostumbrado a sentirlo.
Tenía los ojos cerrados cuando escuché la puerta, no miré quien era, ya que solo estaba Max en el hospital, las chicas y Ethan estaban en el día de su graduación, decidí no pensar en ello para no bajonearme, pero sinceramente, era una mierda la situación.
