Capítulo 30.

29 8 2
                                    

Septiembre 13, 2013

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Septiembre 13, 2013.

Ya habían pasado dos días desde que Diabla había abierto los ojos, y aún no había respuesta de nada, si lo volvería a hacer o si despertaría definitivamente, por más pruebas que le hacían, todo salía bien, sólo quedaba de parte de ella que quisiera despertar.

—¿Crees que Diabla despierte pronto? —Preguntó Maite sentándose a un lado de Chuy, quien miraba fijamente a Franco, no se había despegado de su jefa ni un segundo.

—No lo sé May, pero espero por el bien de Franco, de Vega y de Gasset, que sí lo haga y pronto, sino no sé qué vamos a hacer —admitió dejando entrever un poco la preocupación que tenía.

Maite suspiró a su lado triste, esa situación los tenía a todos de los nervios.

Ya se habían peleado varias veces, las cosas en el bar se habían puesto raras y en el barrio se empezaba a rumorear que Diabla no volvería, ya casi era un mes y seguía sin despertar, Cervantes estaba amenazando con entrar en sus territorios y no sabían como controlar las colmenas.

Todo era un desastre.

Se quedaron ahí en silencio, cada uno en sus pensamientos, esperando a que su jefa despertara, pero como cada día, era lo mismo.

—Bonita, ya has dormido lo suficiente, te necesitamos de vuelta, por favor, no te rindas —escucharon a Franco hablarle.

Eso se había vuelto rutina, todos los días le hablaba, para pedirle que volviera o para darle reporte de lo que estaba pasando, pero nada de lo que le decía la traía de vuelta.

Sintieron como la puerta se abría de repente y volteron la mirada hacia allí, dejando ver a Tavo con una cara de preocupación reflejada.

Chuy se levantó de donde estaba y fue a verlo.

—¿Qué pasó? —Interrogo al verlo tan serio.

Él no le dijo nada, solo le pasó una nota que traía en las manos.

La abrió y al leerla volteó a verlo, con la misma cara que había entrado Tavo.

—La dejaron hoy en la oficina, fui por las llaves y me encontré eso, revisé las cámaras, pero quien fue se cubrió muy bien la cara, no se dejó ver —le explicó al ver la pregunta no formulada en su rostro.

Franco los observó de lejos y frunció el ceño al ver el semblante preocupado de los dos, se acercó a paso lento y los miró serio.

Mundos Alternos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora