Capítulo 37.

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Septiembre 27, 2013

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Septiembre 27, 2013.

Por fin viernes.

Ese viernes que tanto necesitaba y que esperaba desde el domingo pasado.

Había estado toda la semana encerrada entre deberes y trabajo, los profesores se habían vuelto más exigentes conmigo y no permitían que me atrasara ni un día con las entregas de trabajos y proyectos, mientras que en la agencia, cada vez había más trabajo, más campañas y cada vez, querían más campañas en conjunto con Max, de esto último no me quejaba porque al menos podía compartir con él en el trabajo, pero estaba agotada de todo lo que eso implicaba.

Con tantas cosas por hacer, no había podido dedicarme a mi vida privada como hubiese querido, prácticamente no había coincidido con mi madre en casa, por lo que no había podido confrontarla con la prueba de ADN, así que decidí volver al hospital para intentar hablar con esa chica.

La última vez que me acerque no había tenido suerte, ella estaba dormida y por más que esperé un rato, decidí volver otro día, pues tenía cosas que hacer, esa vez había ido solo con Max, pero Ethan me hizo un drama porque lo había dejado fuera de la acción.

Así que volveríamos, Max, Ethan y yo, a probar suerte, de que estuviese bien, despierta y así poder hablar con ella.

Yo no había tenido oportunidad de hablar con Max acerca de ella, ni preguntarle si su padre le había comentado de algún avance, así que iría en blanco, sin saber que podía encontrarme. Sabía que seguía en el hospital, más no sabía en qué condiciones.

Sentía algo de pesar por ella, no la conocía de nada, pero era mi gemela, me daba mucha intriga y a la vez algo de sentimiento saber que quizá le faltaba ese amor materno, que nuestra madre de cierta forma, le había negado.

Había tenido tiempo para pensar todo ese enredo y la verdad es que mi mente era un completo caos con respecto a ella, pues, me daba molestia saber que quizá mamá había decidido entre una y otra, el que me haya escogido a mí por encima de ella y lo que ella haya tenido que pasar por esa decisión, no era yo y sentía resentimiento por mi madre.

A su vez, no quería sacar conclusiones a la ligera, necesitaba escuchar las versiones de la historia y poder ser objetiva, así que iba a empezar por esta chica, que al menos sabía donde encontrarla, ya que a mamá nunca la veía.

—Oye, enana —llamó Ethan sacándome de mis pensamientos, lo miré con el ceño fruncido al ver que estaba hurgando en mi maquillaje— ¿qué te parece si me hago unos reflejos en el cabello? —Preguntó mirándose en el espejo y moviendo su cabeza de un lado al otro.

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