Cuando menos lo esperas, tu vida da un giro y el amor no será la salvación.
¿Dónde queda tu integridad cuando la oscuridad te alcanza?
Caminas, caes, tomas un respiro y miras al frente, siempre al frente porque si volteas, te caes de nuevo.
***
Dos...
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Diciembre 1, 2013.
Decir que estaba devastado era mentira porque lo que sentía en el pecho no tenía nombre, no se podía explicar con palabras o al menos así lo creía yo.
Quería creer que cuando Mia abriera sus bonitos ojos color miel, todo estaría bien.
Pero sabía que no sería así, las primeras 48 horas fueron críticas, o eso nos dijo mi papá cuando la ingresamos a urgencias.
El estado en el que entró era grave, según los doctores no entendían como su cuerpo había aguantado tanto, tantos días.
Había sido una mujer muy fuerte.
Se había dislocado un hombro al quedar inconsciente mientras colgaba, no sabemos cuántas horas estuvo suspendida hasta que nosotros entramos a rescatarla.
El rescate, por contrario a lo que queríamos, había sido una masacre, varios chicos estaban heridos, algunos de gravedad y le hacían compañía a Mia en terapia intensiva.
Todo se descontroló y se volvió un caos, se suponía que solo iríamos por Mía, pero Diabla había matado a Cervantes, no sabíamos como rayos nos burló a todos, pero ella de alguna forma entró y lo mató.
Ese fue el principio del fin.
Su gente no se quedó de brazos cruzados, mientras atravesaba la casa con Mia inconsciente en brazos para sacarla, empezó una lluvia de balas, el chico que había estado cuidando de Mia en esos días, me había ayudado y respaldado en todo el camino.
Hasta que un momento dado, la casa empezó a arder en llamas, nunca supimos en donde empezó el fuego, pero logre salir antes de que se extendiera, y aunque hubiese dado todo por salir de allí, corriendo al hospital para que atendieran a Mía, no pude irme sabiendo que adentro seguía su hermana y mi hermano.
La dejé en el auto mientras corría dentro a buscarlos.
Logré sacar algunos, otros salieron por su cuenta, Franco se negó a salir hasta que encontrara a Diabla, ayudé a buscarla, la encontramos inconsciente en una oficina junto a Cervantes, quien tenía una bala entre ceja y ceja.
Allí entendimos porqué todo se había descontrolado.
¿En qué momento lo hizo?
Nadie lo sabía.
¿Quien inició el fuego?
Tampoco nadie lo sabía.
Todo salió en las noticias al final, el incendio llamó mucho la atención y se armó todo un revuelo.
Hubo muchas muertes, había más chicas allí y algunas no pudieron salir, lamentaba no haber podido hacer más.
Diabla había recibido primeros auxilios cuando llegó la ambulancia, estaba bien, cuando vio todo el revuelo, salió corriendo del lugar y la ambulancia se llevó a Mía.
