Cuando menos lo esperas, tu vida da un giro y el amor no será la salvación.
¿Dónde queda tu integridad cuando la oscuridad te alcanza?
Caminas, caes, tomas un respiro y miras al frente, siempre al frente porque si volteas, te caes de nuevo.
***
Dos...
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Octubre 24, 2013.
Estaba saliendo de clases e iba camino al comedor, cansada, agotada y con muchas ganas de dormir. La vuelta a la rutina me estaba matando más que el dichoso veneno, los profesores no habían tenido piedad de mí, me hicieron ponerme al día esa semana sin objeción, igual que en Galdós, iba allí directo del instituto y terminaba muy tarde, pero al llegar a casa, debía adelantar tarea.
Estaba a punto de sacar al supuesto Alan de la cárcel para que terminara de matarme, me diera la dosis que le faltó de cianuro y terminara conmigo.
—Te ves terrible —observó Emma con una mueca, cuando me tiré a su lado en la mesa.
—Me siento terrible —confirmé.
—¿Estas durmiendo bien, cielito? —Preguntó Mary con preocupación.
—Ocho horas de modelo, pero ciertamente, no hacen nada en mi —me quejé.
—Ten, toma mi barra energética, la necesitas más que yo —aseguró Inna pasándome la barra que estaba por comer.
Le agradecí en silencio y me dispuse a comerla, mientras esperaba que Ethan llegara con nuestros almuerzos.
No estaba ni siquiera comiendo bien, solo lo que me daba tiempo.
—¿Irás a la fiesta de Halloween? —Cuestiono Emma con emoción, cambiando el tema.
—¿Cual fiesta? —Indague curiosa.
—La que organiza el equipo de fútbol —respondió Mary comiendo su sándwich.
—No tenía idea de ninguna fiesta —murmuré mirando al piso.
Había estado yendo a clases, pero era más bien un zombie, no me enteraba de nada, estaba muy ocupada haciendo los trabajos atrasados.
A pesar de tener cierta fama por mi trabajo, no me caracterizaba por ser de las "populares" siempre estudié en el mismo lugar, por lo que mis compañeros me conocieron antes de ser "famosa", por lo que estaban muy acostumbrados a mi y la revuelta que se formara alrededor, algunos me ignoraban, algunos decían unos cuantos comentarios mal intencionados que prefería ignorar y muy pocos me pedían autógrafos o fotos, la mayoría que lo hacía eran de años inferiores, o eran nuevos en el instituto y me reconocían, pero eso duraba hasta que se acostumbraban. En resumen, nadie se preocupaba por invitarme a nada, todo me enteraba por las chicas.
—Dicen que será épica —comentó Inna sonriendo alegre.
—Pues, de llegar viva a Halloween, quizá me anime —me encogí de hombros.
Últimamente me había llevado mejor con las chicas, además que habían vuelto a ser mis amigas, de forma literal, por lo que no me haría mal un poco de distracción y divertirme un poco, como una chica normal de 17 años y no como una modelo famosa.
