Final Parte I.

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Junio 6, 2014

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Junio 6, 2014.

—Atención señoras y señores. ¡HOY SE BEBE! —Gritó Ethan emocionado, alargando cada letra para hacer énfasis a su declaración, con una botella de tequila entre los dedos.

Todos soltaron un alarido general, comenzando a animar el ambiente.

Las gemelas cumplían 18 años.

Ese momento que habían esperado con tantas ansias.

En un año sus vidas habían cambiado de muchas maneras, sobre todo porque era el primer cumpleaños que celebraban juntas, como hermanas. Hecho que nadie pasó desapercibido, haciendo que sus amigos organizaran una gran fiesta, con familia y amigos de ambas.

Los padres de Max habían colaborado poniendo el lugar, ya que en ninguna casa entraban todos juntos. Los tíos de las gemelas les regalaron todo el banquete. Sus amigos, por supuesto, se encargaron de todo el alcohol que iban a consumir esa noche.

Habían sido meses duros para todos, adaptarse y acoplarse fue difícil.

Esa fiesta más que para las gemelas, era para todos, necesitaban relajarse y descansar luego de tantos altibajos.

Tenían el motivo y la excusa.

Mía, finalmente había hablado con su padre y había decidido que sus decisiones no la afectarían, el hombre al saber que sus dos hijas se habían encontrado, se sorprendió mucho, decidiendo mantener el contacto con ambas, pero no dando más allá de lo que siempre había dado.

Es decir, Anton seguiría tan ausente como había estado hasta ese momento.

A diferencia de sus hermanos, quienes al encontrarse con su madre decidieron limar asperezas y remediar aquella disputa infantil que se había llevado hacía años.

Max, finalmente había establecido contacto con su hermana mayor y había concertado una cita con ella para presentarle a Chui, la aceptación fue lenta pero finalmente se llevaban bien y mantenían una relación de hermanos.

—Así que somos mayores de edad —Soltó Mía risueña al ver la expresión seria de su clon.

—No entiendo porqué tanto alboroto por cumplir un años más —Rodó los ojos la morocha obstinada.

—¡Oh, vamos! —La empujó con su hombro— no seas tan aguafiestas, es el primer año que estamos juntas —le recordó haciendo un puchero, cosa que hizo resoplar a Diabla.

—Eres molesta —Fue todo lo que dijo haciendo reír a su gemela, quien ignorando su mala actitud, se abalanzó hacia ella para abrazarla.

—Uno, dos, tres —Contó Diabla en voz alta para que Mía la soltara.

Mía le restó importancia y se rió con fuerza llamando la atención del resto que las observaban divertidos.

Diabla había hecho un esfuerzo sobrenatural para asistir a ese evento, pues al estar la familia de Max, tenía un toque elegante al que ni ella, ni sus amigos, estaban acostumbrados.

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