Capítulo 21.

129 11 0
                                    

Agosto 23, 2013

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Agosto 23, 2013.

—Hija, Franco llegó —gritó la abuela mirando por la ventana.

—Voy —respondió de vuelta terminando de ajustar detalles.

Salió de la pequeña oficina que habia ambientado en casa de su abuela y camino decidida como era costumbre.

—Wow... te ves... muy linda —balbuceó el pelinegro al verla salir.

Lo miró con una ceja alzada un poco confundida al verlo tan nervioso.

—Bueno... —carraspeó— ¿nos vamos? —Preguntó Franco incómodo, estirando su brazo para que ella lo tomara.

—Claro, vamos —asintió despidiendose ambos de la abuela.

Se escuchó la voz de la señora de fondo mientras movia su mano de despedida. Caminaron hasta el auto en un sepulcral silencio, cada uno en sus pensamientos.

—Muy bien, Diabla —comentó Franco colocándose delante de ella cuando llegaron al auto— ¿por qué está tan arreglada? —Preguntó confuso.

—Siempre me arreglo para ir al bar, —Lo miro contrariada.

—¿Haces esto por Sebastián? —Cuestiono abriéndole la puerta del auto para darle paso.

—No sé de qué me hablas, Franco —Se hizo la desentendida.

Él la miró divertido mientras negaba con la cabeza, murmuró por lo bajo algo inentendible y rodeo el auto para entrar del lado del piloto. Diabla lo miro extrañada pero lo ignoro mientras se miraba en el espejo el maquillaje. 

—Así que su plan funciona —murmuró para sí mismo, poniendo en marcha el auto.

—¿Qué plan? —Lo miro de reojo sin mucho interes.

Él negó con la cabeza haciendo un gesto desinteresado con su mano, le guiño un ojo con media sonrisa y puso musica en la radio. Ella alzo una ceja y entrecerro los ojos hacia él.

—¿A qué te referías con el plan? —Interrogó más curiosa que antes.

—Cosas mías —se encogió de hombros, tratando de parecer tranquilo.

—¿Estás nervioso? ¿Desde cuando te pones nervioso por una pregunta..? —Frunció el ceño.

Él la miro entre culpable y ansioso, encarar a Diabla siempre era una tarea difícil.  Sobre todo cuando las noticias no le gustaban. Ella espero paciente a que él decidiera hablar, sabia que ese chico de ojo curiosos no le podia negar nada.

—Sebastian empezó a tratar a Zoey, para que tú te des cuenta de que en cualquier momento lo puedes perder y así le pongas más atención —hablo tan rápido que apenas alcanzó a entender lo que decía.

—¿¡Que!? —Gritó molesta.

Su grito lo espantó, así que decidió acelerar el motor para llegar más rápido y salir huyendo de ella cuando explotara de verdad.

Mundos Alternos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora