Capítulo 53.

22 6 0
                                    

Octubre 24, 2013

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Octubre 24, 2013.

—Ya debería volver a mi casa —murmuró Franco acomodándose en el mueble.

Diabla lo observó seria, mientras le levantaba la camisa para curarle la sutura.

—Aún no se cierra —le recordó destapando la pequeña herida.

—Estoy bien Diabla —susurro con ternura— has cuidado bien de mí, pero puedo cuidarme solo a partir de ahora —aseguró.

Diabla no había querido que Franco se regresara a su casa, no había querido que hiciera nada, ni que se moviera de no ser necesario, se había hecho cargo de él después del balazo, por suerte no había tenido complicaciones y parecía recuperarse con rapidez.

—¿Seguro que vas a estar bien solo en tu casa? —Lo miró con cautela.

—No puedo seguir dejando sola a Adeline —le dio una mirada preocupado.

—Te prometí que la cuidaría, está bien, la niñera no se ha despegado de ella —lo miró por un segundo para seguir con lo suyo.

—Y te lo agradezco Diabla, pero no quiero que esté sola, soy todo lo que tiene y quiero estar para ella —explico despacio con la mirada triste.

—Esa pequeña tiene mucha suerte de tenerte papasito, pero debes cuidar de ti también —lo miró insegura.

—Necesito tenerla conmigo —le devolvió la mirada suplicante.

Ella asintió comprensiva, era igual de protectora con su abuela, no podía decir nada al respecto, terminó de cubrir la herida en silencio.

—Te llevo esta tarde —afirmó levantándose del sofá para tirar lo que había usado.

—Gracias —la tomó del brazo antes de que se alejara— es verdad lo que te dije en la oficina, pero no espero que lo devuelvas —aseguró abatido.

—El problema, Franco, es que si lo hago de vuelta —suspiró y se soltó de su agarre para seguir su camino.

Él la miró sorprendido y se levantó para seguirla.

—¿Qué quieres decir con eso? —Cuestionó intrigado.

Ella lo ignoró, tiró todo a la basura y fue a lavarse las manos, él se acercó a ella y la tomó del brazo con cuidado e hizo que lo mirara.

—¿Qué quiere decir eso? —Le volvió a preguntar con desespero.

—Que yo también te amo —confeso cerrando los ojos mientras unía su frente a la de él— pero si alguien se entera que eres mi debilidad, la próxima bala no va a fallar y no estoy dispuesta a perderte —murmuró dejando un beso casto en sus labios.

Se dispuso a alejarse, pero él la retuvo con rapidez tomándole el rostro entre sus manos.

—Por favor —suplicó mirándole los labios.

Mundos Alternos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora