Cuando menos lo esperas, tu vida da un giro y el amor no será la salvación.
¿Dónde queda tu integridad cuando la oscuridad te alcanza?
Caminas, caes, tomas un respiro y miras al frente, siempre al frente porque si volteas, te caes de nuevo.
***
Dos...
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Febrero 2, 2014.
Salí de mi habitación una vez terminé de arreglarme, marqué de nuevo el número de Diabla y esperé que esta vez si me atendiera.
—Te dije que si iba a ir —gruñó del otro lado apenas descolgar.
—Te pedí que no llegaras tarde —Le recordé quejándome.
—Ya voy en camino —bufó.
—¿Estabas con Franco? —Pregunté divertida y la escuché refunfuñar hasta que cortó.
Me reí por su actitud y entré a la sala viendo como Inna terminaba de poner los globos.
—Ya todo está listo, nena —anunció Inna feliz mientras aplaudía.
Finalmente Max cumplía 25 años, y decidí hacerle una reunión sorpresa con nuestros amigos, le había pedido que me hiciera un favor que le tomaría horas hacer, para así poder arreglar la casa.
Chui había estado emocionado con la idea y participó en todos los preparativos e incluso nos ayudó con los detalles.
Había sido el primero en llegar y se encontraba en el fondo con Ethan armando la parrilla para hacer unas hamburguesas.
—Pondré las cervezas en las nevera, los trogloditas las pusieron en el congelador, con este frío se van a hacer hielo —Se quejó Dani pasando frente a mí con unas cajas de cervezas en las manos.
—¿Puedes con ello? —La miré sorprendida por el peso que llevaba.
—Descuida, tu hermana nos hace entrenar duro —Se rió Dani de mi cara y siguió su camino.
Había escuchado ya varios comentarios de los chicos sobre lo mucho que les exigía Diabla en los entrenamientos, pero al ver a Dani cargar las cervezas con esa destreza me confirmó que realmente los explotaba.
Fui con Inna para acomodar el cartel que hice, era una tontería, pero me hizo mucha ilusión sentirme útil, terminamos de colocarlo arriba de la chimenea y miré complacida el resultado.
Me había costado mucho volver a mis rutinas, pero poco a poco podía decir que lo estaba logrando, no era fácil, había días en donde mi cuerpo quería rendirse, pero seguía adelante.
Había globos y serpentinas colgando del techo y una pancarta de Feliz Cumpleaños haciendo juego hecha por mi.
—¿Terminaste el pastel? —Preguntó Dani volviendo a nosotras mirando la decoración.
Asentí con una sonrisa en mi rostro y alcé las cejas repetidamente haciéndola reír, camine a la cocina, saqué el pastel del horno y volví con las chicas para mostrárselo.
—Eso se ve rico estúpida, mi dieta —Se quejó Inna intentando meterle un dedo.
Le golpeé la mano riendo y me aparté para que no pudiese tocar el pastel.
