Capítulo 26.

34 9 0
                                    

Agosto 27, 2013

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Agosto 27, 2013.

—Ya no estoy tan segura de esto —murmuré acercándome a Ethan, tomándolo del brazo.

—Descuida, Máx y yo estaremos cerca, por si las cosas se ponen feas —me abrazó por los hombros para infundirme confianza.

En ese momento, lo que menos tenía era confianza y sin duda, la tranquilidad, era lo que menos sentía. 

Habíamos vuelto al hospital como habíamos quedado el día anterior, pero me sentía más nerviosa que el día anterior al estar ahí, íbamos de camino a la habitación en la que estaba, pero mis pies se negaban a seguir, me pedían dar la vuelta y jamás volver.

Jesús, el hermano de Max, le había llamado para decirle que podíamos pasar a verla, si bien aún no había reaccionado, quizá verla me quitaría la incertidumbre de porqué todos insistían en ese encuentro, a mi me había parecido buena idea, quería salir rápido de eso.

Pero en ese momento tenía miedo, ¿y si el parecido con esa chica, era cierto? ¿Y si eso nos llevaba a más problemas? ¿Y si esa chica tuvo que ver con la desaparición de mi padre? Se me habían formado tantas preguntas y teorías que no tenían respuesta aparente, pero sobretodo, tenía curiosidad de si esa chica sabía de mi. 

Tenía miedo de descubrir lo que había detrás de nuestro parecido.

Pero ahí estaba.

Frente a su puerta, sin saber si entrar o no.

Ethan y Max estaban a mi lado, esperando a que estuviera lista.

—Amor, sabes que estoy aquí —aseguró Max, dándome un beso en la coronilla.

Sonreí, o intenté hacerlo, más solo me salió una mueca, mi cara reflejaba una auténtica preocupación.

Quizá solo estaba exagerando y esos chicos solo seguían afectados por lo que le había pasado a su amiga. 

—Descuida enana, estamos para sostenerte —apoyó Ethan, apretando mi  mano.

Sonreí sincera al ver el apoyo de ambos.

No había querido hablar con mamá para no preocuparla, pero sentía que al salir de ahí, necesitaría respuestas y solo ella podría dármelas.

—Ah, volvieron, creí que se habían arrepentido —dijo un chico pelinegro, llegando hasta nosotros con unos vasos de café en mano, había estado el día anterior pero no había tenido oportunidad de presentarse.

Mundos Alternos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora