Capítulo 28.

35 9 0
                                    

Septiembre 10, 2013

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Septiembre 10, 2013.

A pesar de todo el desajuste familiar que había presenciado las últimas semanas, había tratado y logrado mantenerme de pie. 

No había sido fácil, aún no había tenido el valor de enfrentar a mi madre y preguntarle acerca de esa situación, pero para ser sincera, no sabía que tanto quería saber de ello.

Las chicas me habían estado preguntando el porqué de mi encierro, hablaba menos y compartía menos con ellas, como si ya era posible. 

No había querido hablarlo con nadie. Ya hacía casi un mes de todo eso y aún no sabía mucho cómo manejarlo, pero si habéis estado al pendiente de esa chica, además, parecía que el padre de Max estaba involucrado con su caso al ser amiga de su otro hijo, Jesús, por lo que me mantiene al tanto de su recuperación, sin embargo, no reacciona, los médicos habían perdido la esperanza, pero sus amigos siguen velando por ella. 

Había tomado la decisión de hacer una prueba de ADN, quieres tener la certeza concreta de lo que éramos, y en base a ello enfrentar a mi madre y entender la situación.

A pesar de no conocerla me llenaba de mucha pena el saber como se encontraba, nadie entiende cómo ocurrió el accidente y sus amigos estaban cada vez más confundidos acerca de cómo actuar si ella decidía no despertar.

—¿Aún estás impactada por todo esto? —Preguntó Ethan al volver a la sala con una manta y chocolates calientes.

Había estado lloviendo, así que decidimos quedarnos en casa, era martes, pero no tenía ánimos de ir a trabajar, así que había puesto de excusa, la lluvia.

—Más que impactada, estoy desconcertada —murmuré— no sé cómo debo manejar esta situación y tampoco sé con quién lo debo hablar, tengo miedo de hablarlo con mamá y que decida no decirme nada, no sé por dónde empezar —reconocí abatida.

—Ánimo enana, no me gusta que estés así —me empujó con su hombro sacándome una sonrisa— si, así, sonríe —insistió mientras soltaba el chocolate y me hacía cosquillas, empecé a revolverme entre risas  para que se detuviera.

—Ethan, basta —gruñí en medio de risas— para ya, no quiero hacerme pis —insistí en medio de risas.

Él siguió un rato más hasta que decidió detenerse. Nos recostamos del sofá acelerados por las risas.

—He estado tratando de sacar información con mamá, pero no me ha dicho nada, intenté preguntarle por el tío, pero me dijo que de eso no se habla —se encogió de hombros y me miró con un deje de pena en sus ojos.

Mundos Alternos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora