Cap 3. La boda.

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Una enorme lechuza entró por la ventana abierta, acercándose con cierta familiaridad a su hija, posándose en su brazo con delicadeza. La chica acarició el suave plumaje del animal, recogió la revista que portaba en sus patas y le pagó. Si había algo que le repateaba a Severus de su hija, apartando el espinoso asunto de que hubiera acabado en la casa Gryffindor, era que estaba inscrita a la revista "Corazón de bruja". A pesar de sus continuas protestas, su madre la defendía y se lo consentía.

Eileen se dejó caer en el sofá a peso plomo, se repanchigó a gusto entre los cojines, como un animalillo en su madriguera y apoyó su cabecita en el hombro de Severus. El hombre le dio un beso en el pelo a su hija y siguió disfrutando de la lectura de su libro "la metamorfosis" de Kafka, una famosa novela muggle, a las que tanto se había aficionando en su época de insomnio total.

Ambos dieron un respingo al escuchar un fuerte portazo en la puerta principal de la casa, eso sólo podía significar que Hermione había regresado al hogar. Snape no pudo evitar sonreír como un idiota, llevaba todo el día deseando el momento en que su mujer regresara del trabajo. El sonido de unos zapatos de tacón retumbaron por la casa, acercándose progresivamente al salón principal, donde se hallaban leyendo Eileen y Severus. Una sonriente Hermione se apoyó en el quicio de la puerta.

-¿Cómo están mis chicos?- preguntó, mientras se descalzaba después de un duro día de trabajo en el hospital, acercándose silenciosamente con sus pies desnudos y se sentaba en el regazo de Severus. Snape no cabía en sí de gozo, ahora todas sus mujeres estaban literalmente encima de él.

-Hola Mamá.- la saludó Eileen sin mover un músculo.

-Hola hija...- Hermione se inclinó la cabeza para besar a Eileen. La chica le dedicó una gran sonrisa a su madre y siguió leyendo la revista.- ¿Es la nueva de este mes? – Eileen asintió con la cabeza- Cuando termines con ella, déjamela para que le eche un vistazo...

Severus resopló con fuerza, no entendía cómo les podía gustar esa basura.

-¡Ah! Tenía que hablar con los dos...- dijo de pronto Hermione, levantándose del regazo de Severus para poder mirarlos a ambos mejor- He recibido en el trabajo una invitación de boda para este sábado, así que no me hagáis planes...

-¿Una boda?- dijo Snape con fastidio- ¡Que coñazo por Merlín! ¿Y quien se casa?

-Luna Lovegood.

-¿La "tía" Lunática se casa, mamá?- Eileen se arrepintió al momento del comentario, por la mirada amonestadora de su madre. Aunque a su lado, podía percibir que su padre estaba viéndoselas negras para aguantar la risa. Hermione decidió ignorar el comentario de Eileen y la tentativa de carcajada de su marido.

-¿Y con quién se casa mamá? ¿Lo conocemos?

-No. Se casa con un chico muggle, además por la iglesia. Me han dicho que el chico está súper enamorado de ella...

-Hay gente para todo.- replicó Snape. Hermione le dio un pellizco a su marido. Estaba cansada de esa clase de comentarios... y ahora irremediablemente los tenía a dúo.

Hermione puso sus manos sobre la cadera, inquisitiva.

-Os lo advierto, vendréis tanto si os apetece como si no... La boda es mitad muggle, así que cuidadito con lo que hacéis y decís... Nada de comentarios irónicos ni hirientes. ¡Ah!- los señaló examinando sus caras con atención- Y nada de parecer que vais a un funeral...

-Eso va por ti papá...

Severus se levantó del sofá y se acercó a su mujer, tomándola por la cintura.

No te acerques tanto a ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora