Cap 33. El que lo quiera entender... que lo entienda.

1.5K 103 217
                                    



Derecho a elegir
con qué cabeza tu almohada compartir.
Orgulloso de ser quien eres
y no como deberías ser.

Neville Longbottom miraba receloso y cargado de desconfianza a su novia. Se cruzó de brazos divertido, mientras ella aguardaba una respuesta, clavándole esos ojos oscuros brillantes. Sencillamente se encogió de hombros.

-No entiendo a qué viene ese interés repentino por dónde iré a pasar el día del Fénix.

-Joder.- espetó la chica, como si fuera evidente.- Quiero saberlo...

El día del Fénix era una de las fiestas mágicas más importantes y recientes en los últimos tiempos. Era el día que se conmemoraba lo acontecido en la batalla de Hogwarts y que los historiadores habían terminado por bautizar como "la batalla del Fénix". Después de la caída de Voldemort, y con él su régimen de tinieblas, el mundo mágico se vio sumido en el caos absoluto. El poder se había desestructurado, mucha gente del ministerio había muerto o permanecían en paradero desconocido. Eran numerosos los hechiceros que habían sido secuestrados por mortífagos al oponerse al régimen, y nunca más se supo de ellos. Otros huyeron al extranjero con sus familias. Aunque todavía eran muchas las familias que aún buscaban a sus desaparecidos y rondaba el temor con que el señor de las tinieblas volviera a levantarse una vez más... pero eso jamás ocurriría.

El mundo mágico se había visto envuelto en decadencia y destrucción tras el paso de los mortífagos por el poder, pero poco a poco, con esfuerzo, trabajo y perseverancia, el mundo mágico volvió a su antiguo esplendor, renaciendo de sus cenizas cómo un ave fénix, volviendo poco a poco a la normalidad, instaurándose en sus vidas la tranquilidad y la paz tan ansiadas.

En el día del Fénix se conmemoraba a todos esos héroes de guerra que habían sucumbido a la batalla, y aquellos que habían demostrado verdadero valor y coraje, enfrentándose a las circunstancias, como Hermione, Severus, Harry, Ron o Neville... Al principio, con la guerra aún reciente en sus memorias, se habían hecho galas en el mismísimo Hogwarts, donde todo el mundo que quisiera podía acudir, pero poco a poco, esa clase de eventos se fueron disipando, pasando a unas fiestas donde la gente solía reunirse con los suyos, para recordarse lo afortunados que eran de gozar de libertad y disfrutar de la compañía de sus seres queridos.

-No sé... Había pensado invitar a cenar a la profesora Graham a un sitio romántico...- dijo Neville con sorna.

La chica descargó un puñetazo sobre el ya dolorido brazo del profesor.

-Capullo...- susurró disgustada Eileen

-Si te pones así.- dijo divertido, ya que le encantaba la cara que ponía Eileen cuando se enfadaba. Era encantadora a la vez de terrible. Arrugaba la nariz, fruncía el ceño y resoplaba fuertemente, como un animalillo salvaje. Ese carácter explosivo de Eileen le volvía loco, aunque su brazo asumiera todas las consecuencias.- Siempre puedo ir a "las tres escobas" y cenar con Hannah...

El profesor recibió otro puñetazo, aún más fuerte que el anterior, en clara amonestación.

-¡Ay! – se quejó, sobándose el brazo.

-¡No me hables de ésa que me enciendo!- dijo enfurruñada Eileen, cruzándose de brazos molesta.

-No seas tonta.- dijo Neville enterrando suavemente sus labios en su cuello, dándole pequeños mordiscos.- Sabes de sobra que iré a Grimmauld Place... como casi todos los años.

La chica gruñó, aún fingiendo estar enfadada, a pesar de las atenciones que le dedicaba su profesor, que comenzó a deslizarse un poco más hacia el norte, en busca de sus labios.

No te acerques tanto a ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora