Cap 12. El jilguero.

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Las tardes de septiembre aún eran largas y soleadas. El tiempo aún no se había estropeado en Hogwarts, haciendo aún una temperatura agradable, así que los jardines exteriores, parecían invitarte a merodear sin rumbo fijo.

Eileen y James caminaban por la una de las galerías inferiores del castillo, rumbo al exterior, a la libertad... aquellas tardes de buen tiempo eran recibidas como un gran tesoro y si encima era viernes por la tarde como en esa ocasión, se recibían con cierta alegría festiva. Las clases no se retomarían hasta el lunes y el fin de semana abría un gran abanico de posibilidades ante ellos.

-¡Elle! ¡James!-una voz femenina los llamó a sus espaldas. Los chicos se volvieron rápidamente a la vez, como si se hallaran sincronizados. Ann caminaba a paso ligero intentando alcanzarlos, agitando la mano. Aguardaron un momento a que la chica llegara a la misma altura que ellos y prosiguieron su camino.- ¡Eileen!-se dirigió Ann directamente a Eileen, reponiéndose un poco de su resuello- Ted acaba de decirme, que el entrenamiento de Quidditch del sábado se pospone al domingo...nos ha parecido a todos muy bien ya que así, puedes venir a entrenar con el equipo.

Eileen frunció el ceño, agarrando la correa de su bolso con los libros.

-¿Y por qué no ha venido el "capitán" a decírmelo, como es su deber?- dijo con claro sarcasmo la chica.

-Vamos Eileen... no seas tan dura con Teddy, no sabes lo triste que está desde que no le hablas...-defendió Ann al capitán de su equipo- Él dice que no escuchó nada de lo que te dijo Victoire... Yo le creo.

-Un buen puñetazo en la nariz tenía que haberle dado...-amenazó alzando levemente el puño.

-¡Vamos Elle! ¿Cómo puedes ser tan rencorosa?

-Le viene de familia...- bromeó James, que se ganó aquel puñetazo pero en su propio brazo.- ¡Ay! Al final voy a tener que dar la razón a todos los que dicen que eres un marimacho...

Se ganó un segundo puñetazo, pero este lo esquivó a tiempo, haciendo un quiebro muy gracioso... aunque James, en sí, era gracioso. Sus movimientos eran extremadamente exagerados y poseía unos desastrosos reflejos, pero por aquella vez había conseguido librarse del puño fácil de su amiga.

-Por cierto Ann, quería preguntarte algo...- dijo de pronto James, cambiando abruptamente de conversación.

La chica se ruborizó y se puso visiblemente nerviosa.

-¿Qué quieres preguntarme, James?- preguntó mientras retorcía distraídamente una esquina de su camisa del uniforme.

-¿Te gustaría venir mañana conmigo a Hogsmeade?- El rostro de la chica se iluminó, visiblemente encantada con la idea.- Vamos a ir todos los chicos de la clase en las tres escobas, hemos quedado con los Hufflepuff para hacer una competición, a ver quien es capaz de beber más cerveza de mantequilla...

La chica había pasado del encanto a la desilusión en segundos. La pobre se había llevado un verdadero chasco... ¿Cuándo se daría cuenta ese idiota que ella era una chica?

-¿Vais a ver quién es más imbécil? Pues creo que no... No me apetece estar con una pandilla de Trolls borrachos.- dijo claramente molesta. Se despidió de Elle y se volvió sobre sus propios talones.

-Pero... pero... - balbuceó James incrédulo, que no entendía el enfado de Ann.

Ann se marchó por donde había venido, visiblemente frustrada y maldiciendo la condición masculina. Eileen se paró en mitad del pasillo, para observar mejor al idiota de su mejor amigo. ¿Cómo podía ser tan lerdo? ¿Acaso los ojos los tenía únicamente para ver partidos de Quidditch? ¿Es que era incapaz de darse cuenta de lo que pasaba?

No te acerques tanto a ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora