"Confesión."
Desperté cerca de las siete de la mañana con el cuerpo arropado y una caja de...
Sonreí.
Tomé la caja de chocolates y la puse en el buró a un lado de la cama. El tono de mi celular al recibir un mensaje me hizo sobresaltarme. Había pasado tanto tiempo en que no lo usaba o lo veía.
Tocaron la puerta y de inmediato a mi mente vino Robert, seguido de un sonrojo por lo que había pasado entre Zac y yo anoche. No había medido mis gritos y el primo Robert estaba aquí en la mansión.
Abrí la puerta y catalina sonrió con cariño mientras me tendía el teléfono.
─Es la señora Berry.
Asentí mientras tomaba el teléfono, antes de atenderlo vi como catalina se alejaba y cerré la puerta.
─Mamá─ musité.
─Megan, cariño mío te extraño.
Y yo a ella, pero había sido tan duro enterarme de algo que lastimaba a mi esposo. Algo de lo que mi padre era responsable, mamá cómplice y yo la culpable.
─Lo sé mamá, yo también te extraño.
─Ven a casa, tu padre ya no nos molestará más si eso es lo que te limita a venir.
─No lo es─ me apresuré a soltar─. Me es indiferente.
Pero no lo era, mi padre era como algo que necesitaba en pequeña proporción para estar bien y lamentablemente me había dado cuenta de eso la vez que fingió un secuestro.
─Es sólo que Zachary está de viaje y no puedo salir de la mansión.
Ni siquiera tenía idea de que no podía salir, pero ya conozco a mi esposo y seguro su ejército de seguridad está rodeando la mansión para evitar que salga.
─Entonces─ susurró con un hilo de voz─. Estás sola en casa.
─Así es.
─Supongo, que tendremos que esperar a que tú esposo regrese para vernos.
No sabía cuánto tiempo duraría su viaje, aunque me dijo que serían sólo unos días, los negocios de Zac son mega impredecibles. Y ahora que lo recordaba, mi madre nunca había visitado la mansión.
─Puedes...─ no sabía si era una buena idea─. Puedo mandar a alguien para que te recoja y te traiga aquí conmigo.
Hubo un silencio sepulcral del otro lado de la línea y después con una respuesta positiva dimos fin a la llamada.
(...)
Sus brazos me rodeaban con fuerza y sus sollozos inundaban mis odios.
─No puedo creer que seré abuela.
Ella sería la tercera persona en enterarse de mi embarazo, y bueno, catalina la cuarta porque estaba simplemente ahí como si mi madre fuera un peligro para mí.
─Estoy tan feliz por ti mi pequeña niñita.
─Gracias mamá.
─ ¿Cómo se lo tomó tu esposo?
Suspiré.
─De maravilla, creo que estaba más feliz que yo.
─No me lo imagino─ bromeó.
─Si te soy sincera─ sonreí─. Yo tampoco me lo imaginaba. Esperaba miles de reacciones, pero la que tuvo no me pasó ni un poquito por la cabeza.
Asintió.
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Despiadado ©
RomanceSu mirada era más fría que un tempano de hielo. Estaba claro que le gustaba verme sufrir. Su pasatiempo favorito era ver mis lágrimas correr. ¡ADVERTENCIA! Esta obra tiene lenguaje vulgar (palabras altisonantes), maltrato físico y contenido sex...