Capítulo 45.

24.4K 1.7K 100
                                    

"Nueva amiga."

─ ¿Megan?─ escuché detrás de mí.

No debía ser adivina para saber que catalina se tensó por un momento, pero después al ver detrás de mí pareció aliviada.

─Oh por Dios, viniste─ exclamó la rubia cuando me giré.

Detrás de ella casi una docena de hombres uniformados caminaban a toda prisa tratando de alcanzarla. Me sorprendió tanto que me recibiera con un abrazo fuerte y real.

─Tu cabello─ hablé curiosa al separarnos.

Sonrió y lo tocó con suavidad.

─ ¿Te gusta?

Era un cambio sumamente drástico, pero en ella se veía muy lindo.

─Me fascina─ sonreí mientras respondía.

─Mujer, te he extrañado tanto─ expresó sincera.

─Pudiste llamarme─ musité.

─ ¿Bromeas?─ formuló de manera extraña.

─No, realmente pudiste llamarme─ comenté volviendo al tema.

─Mi esposo me dijo que si llamaba sin permiso de tu esposo era de mala educación.

Entorné los ojos. Para los hombres todo debía ser con permiso de otro hombre.

─Pues puedes llamarme cuando se te antoje─ susurré amable.

─Gracias─ sonrió.

Estaba observándome de pies a cabeza. Sus hermosos ojos grisáceos me mostraban una curiosidad tremenda.

─Le dije que no preguntaría pero─ observó a todos lado y finalmente tocó mi estómago─, ¿Cómo va tu embarazo?

Sonreí radiante.

─ ¿Fui indiscreta?─ formuló de manera arrebatada─. Mi esposo me dijo que no hablara del tema hasta que tú y Zachary lo comentaran en la cena, pero no puedo dejarlo.

Me encogí de hombros.

─Cuando estás conmigo puedes romper toda regla marcada por tu esposo.

Suspiré e imité su acción de observar que nadie escuchara o viera lo que hacíamos.

─Zachary también adora darme órdenes y lecciones de buenos modales frente a los demás.

Jadeó con sorpresa.

─ ¿Acaso ellos no entienden que odiamos eso?─ expresó frustrada.

─Parece ser que no─ respondí algo feliz por estar diciendo algo que no creí poder hablar nunca con nadie.

Su expresión cambió cuando vio a la entrada de la recepción, por instinto giré hasta esa dirección y, más específicamente, a quien acompañaba a mi esposo.

─ ¿Qué pasa?─ musité viendo su rostro.

─Nada─ sonrió nerviosa.

Mi corazón se estrujó con fiereza y mi mente divagó un poco. La mirada que Perrie le dedicaba a ese sujeto me recordó a la que yo tenía especialmente para Zachary. Pero ese cambio de actitud, ese cambio me hizo ver algo diferente: no solo amaba al castaño, ella también le temía.

─Megan.

Catalina se acercó con prisa a mí y se colocó a mi lado.

─Él es el señor Alistair─ susurró por lo bajo.

Despiadado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora