"Amelia Rogers"
Retiré la silla para que ella pudiera sentarse.
─Gracias─ susurró con una gran sonrisa en su precioso rostro.
─De nada─ imité el gesto.
Después de sentarme pude ver sus ojos pasearse por todo el lugar. Rodaban sin medir espacio, parecía encantada con la nueva decoración del restaurante. Por supuesto que era de estarlo, es la decoración que ella misma eligió hace meses.
─Y... dime, Zachary─ habló después de unos minutos de escrutar todo-, a qué se debe esta salida tan repentina.
─Hace ya un buen tiempo que no te dedico tiempo, Megan.
Ella asintió.
─Tienes razón, pero no era necesario venir a este lugar. Últimamente me siento más cansada que de costumbre.
Miró hacia abajo y colocó las manos en su enorme barriga.
─Esto no ayuda mucho─ bromeó sonriendo.
Un suspiro inevitable salió de lo más profundo de mi pecho. Ahora tenía más miedo que nunca. Estaba más paranoico que hace años y todo era por ella, Megan resultaba ser realmente mi Talón de Aquiles. Mi miedo más profundo era perderla; como a victoria, incluso como a Elizabeth. Esta última me había dejado con su partida, el descubrimiento de que sin importar cuantas personas tenga de mi lado para decirme lo que pasa y cuándo pasa, siempre habrá alguien más poderoso y capaz de traspasar todas y cada una de mis salvaguardas.
─Pero esta reunión fuera de casa es para obtener información, realmente.
Elevó sus cejas dejándome ver cuán sorprendida estaba. Es verdad que nunca antes había querido involucrarla en esto, pero era momento de que ella me contara muchas verdades acerca de lo que sepa de Christopher y su madre.
─ ¿Información?
Asentí.
También es el momento de que se entere de muchas cosas que no quería contarle.
─Necesito que me digas si Christopher dejó a tu madre por otra mujer.
Mi linda morena frunció el ceño, desconcertada.
─No que yo sepa. Bueno...─ continuó─, en realidad jamás supe por qué nos dejó.
Jugó nerviosa con la servilleta que estaba frente a ella.
─Cuando recién lo hizo no tenía explicación alguna, sigo sin tenerla puesto que mamá jamás tocó el tema, entonces creía que él se había ido por mi culpa.
Tragó saliva y su mirada se hizo más pesada.
─Quizá solo quería saber si las cosas entre mamá y él funcionaban─ inquirió─, te comento que él llegó un día sin importancia y después de pasar un tiempo con nosotras se fue sin mediar palabra.
Bufé sin comprender nada. Ninguna de las cosas que Megan decía tenían importancia por el momento, es probable que sean solo cosas que me ayuden a descifrar algo en el futuro, pero ahora solo son incoherencias.
─ ¿Sabes? Hace unos días Alistair pudo dar con la persona que le quitó la vida a tu madre.
La chispa en sus ojos me incomodó.
─ ¿E-en serio?─ formuló, incrédula.
─Sí─ respondí sin más─, es una mujer muy parecida a ella. Amelia Rogers, parece que así se llama.
Asintió y sonrió.
─Es un alivio que ya no ande suelta por ahí.
─Así es, cielo─ concordé─. ¿No se te hace familiar el nombre?
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Despiadado ©
RomanceSu mirada era más fría que un tempano de hielo. Estaba claro que le gustaba verme sufrir. Su pasatiempo favorito era ver mis lágrimas correr. ¡ADVERTENCIA! Esta obra tiene lenguaje vulgar (palabras altisonantes), maltrato físico y contenido sex...