"Culpable."
Zachary.
Llegué a mi destino. Mi nueva mansión es una jodida ratonera y no precisamente porque era fea, pero quienes habitan en ella hasta el momento son solo ratas. Basura sin ningún valor para mí.
Había jurado desde ese día que vengaría lo que sea que le hayan hecho, pero como el cabrón que le había hecho el mal a mi pequeña estaba en prisión solo me quedaban dos piezas, los demás solo eran peones que utilizaría en su debido momento.
─Zachary, ¿qué te trae por aquí?
Su jodida risa amable me causaba controversias, porque mierda me sonríe de esa manera. Probablemente es porque ella no sabe quién soy. No sabe lo que su esposo hizo, o no sabe que la pequeña era mi hermana.
─Dejémonos de cordialidades y pasemos a lo que he venido Elizabeth.
Su cara de desconcierto me colocó en la misma posición.
─Tú dirás.
─Bien, tengo unas cuantas cosas que decirte, pero la principal es que estás en grandes aprietos tomando en cuenta que esta mansión era propiedad de un mafioso y proxeneta, convicto.
Su rostro perdió color y una sonrisa falsa como sus tetas apareció en su rostro.
─No...
─Haremos lo siguiente─ apunté en su dirección con mi índice─. Dejarás en paz a mi mujer, te alejarás de ella y no quiero que la busques.
─Megan es mi hija, no puedes simplemente pedirme que me aleje de ella.
─Claro que puedo. Te recuerdo que sé muchos de tus secretos y ahora soy dueño de tu trasero, de esta mansión y soy el dueño de tu amada hija.
─Ella no es un objeto, Zachary.
─Lo es para mí. ¿No te has dado cuenta que nada me interesa? estoy tan podrido en dinero que con solo chasquear los dedos conseguí que me dieran el título de propietario para esta mansión─ me recargué en el sillón─. Obtuve unas hermosas fotos de tu bello cuerpo al descubierto─ sus ojos se abrieron con sorpresa─. ¿Quieres que Megan la veas y se entere de la clase de madre que tiene?
Negó frenéticamente. Sus ojos se aguaron y amenazaron con derramarse. Por un momento me olvidé del daño que me causaron a mí y a mi familia, por un momento olvidé a mi pequeña, pero solo por una breve fracción de segundos.
─Está bien, Zachary.
─De acuerdo─ sonreí al ver su cara de no romper ni un plato─. Oh, vamos Elizabeth, no pongas esa cara. Deberías agradecer que no te esté echando de mi mansión a patadas.
─ ¿Por qué me haces esto?
─Digamos que es como devolverles un poco de lo que ustedes me hicieron.
─ ¿Nosotros?
─No acostumbro a darle explicaciones a mis lacayos, Elizabeth.
Salí de la mansión. Iría directo a casa, hoy leería los documentos de Megan, sabría aún más de ella, todo lo que ha pasado en su vida y sabré todo sobre el infeliz de su padre. Lo destruiría lenta y dolorosamente, todo sin lastimarlo físicamente. Si hay algo que los hombres tenemos en común es que nunca nos destruirán desde afuera, siempre se empieza desde adentro, con las personas que amamos, porque esas son las que nos destruyen.
(...)
─Necesito que estés preparado para esto, Zac.
─ ¿Cómo dices?
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Despiadado ©
RomanceSu mirada era más fría que un tempano de hielo. Estaba claro que le gustaba verme sufrir. Su pasatiempo favorito era ver mis lágrimas correr. ¡ADVERTENCIA! Esta obra tiene lenguaje vulgar (palabras altisonantes), maltrato físico y contenido sex...