Capítulo 43.

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"Indeseable."

Abrí los ojos rápidamente, pero la molestia intensa me hizo cerrarlos casi de inmediato. No había demasiada luz en la habitación pero la poca que se filtraba por las ventanas me hacían querer llorar. Mi cabeza parecía que estaba punzando, y como lo dijo Zac: se sentía como la primera resaca. Aunque nunca había tenido una.

Un toque cálido y suave en la mano me hizo regresar a la realidad.

─Catalina─ susurré.

Estaba segura que era ella.

─Dígame, señora.

Su voz sonaba diferente, pero me alegraba oírla.

─ ¿Dónde estoy?

Aspiré hondo, pero algo me impedía hacerlo como quería. Era un dolor terrible en mi pecho.

No me respondió, así que decidí abrir los ojos e intenté acostumbrarlos a la luz.

─ ¿Dónde está Zac?

Su mirada lastimera me hizo sentir miles de emociones negativas. Mi vista pasó a sus manos siendo estrujadas una contra otra y recordé el disparo.

─ ¿Qué pasó?─ formulé confusa.

─Catalina─ escuché su feroz voz detrás de la rubia.

Cata cerró fugazmente sus lindos y tristes ojos. Pero al abrirlos su semblante era el de una piedra.

─Déjame a solas con mi esposa.

Y en ese momento supe que el hombre amable y tranquilo se había esfumado.

─ ¿Qué pasó?─ repetí con brusquedad.

Su mirada se suavizó ligeramente cuando la puerta de la habitación fue cerrada por la rubia.

─Eso mismo debería preguntarte, esposa.

Suspiré.

─Me desmayé.

Opté por contestar lo primero que se me vino a la mente.

─No me digas.

El sarcasmo se desbordó en cada una de las letras.

─No preguntes lo que ya sabes, siempre sigues mis pasos ¿no es así?─ exclamé.

Había explotado por primera vez y con la persona equivocada.

Su intensa mirada me aterraba un poco, pero parecía que calmaba su mal comportamiento. Se sentó a mí lado y tomó mi mano. Solo hasta entonces noté en ella una intravenosa dolorosa.

─Te desmayaste─ respondió encogiéndose de hombros.

─No me digas.

Fue mi turno de atacar, pero lejos de lograr su furia solo sonrió. Aunque esa sonrisa no llegó a sus ojos.

─Despertaste muy gruñona.

Había algo diferente en él. Aunque trataba, no sabía lo que estaba pasando. Me sentía completamente perdida.

─Zac.

Cerré los ojos fugazmente cuando se acercó a mí con sutileza y besó mi frente.

─ ¿Cómo te sientes, Megan?

Había ignorado por completo lo que iba a decirle.

─Estoy... bien.

Susurré observando sus lindos ojos verdes.

─Bien, debes descansar.

─ ¿Qué me pasó, Zachary?─ exclamé desesperada─. ¡Dime!

─Tu...

Despiadado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora