Voy a la cocina y agarro un par de aspirinas. No soporto el dolor de cabeza, por culpa de peter no se me quita. Me tomo la pastilla, de pronto escucho la puerta sonar y con un suspiro voy abrir; Encontrándome con un hombre que me mira seriamente.
— ¿Señorita Esposito?
— S-soy yo.
— El señor Lanzani, me mandó a recogerla. ¿Está lista?
— Sí, solo voy por mi bolso. — digo.
Lo agarro y vuelvo con el señor. Al salir me abre la puerta del carro y me subo. Mis nervios están a flor de piel, sé lo que quiere Peter, pero nunca he estado con un hombre que quiera estar conmigo por venganza.
Mis manos no pararon de sudar en todo el trayecto. El carro se detuvo y el señor que me llevó volteo a verme y me enseñó unas llaves.
— ¿Qué es eso?
— El señor Lanzani me las dio para que usted entre al departamento.
— Ah... Está bien.
Salgo del auto y camino hacia la entrada. Subo al ascensor, al llegar; abrí la puerta y veo una nota en la mesa.
Ve al cuarto, hay algo que quiero que uses.
Peter.
Camino hacia el cuarto y me sorprendo al ver tendida en la cama una lencería que ni en mi vida usaría. Veo otra nota y la tomo.
Quiero verte con eso puesto cuándo llegue.
No me queda de otra. Lo tomo entre mis manos y me quito toda mi ropa y me pongo esa. Al terminar de ponérmelo; camino hacia el espejo y me veo en el.
Mi respiración se corta al verme. Nunca en mi vida me puesto algo así. Mi mejillas se poner roja, ya que mi cuerpo se ve muy sensual.
— ¡Vaya! Cómo me imaginé que te verías al comprarlo.
Al escuchar a Peter volteo a verlo y me intento cubrir. — No te cubras, porque en un momento eso no te tapará nada.
— Ya me tienes como querías. — lo fulmino con la mirada, olvidándome de la vergüenza.
— Lo sé, pero antes de hacerte mía quiero saber, ¿sí aceptas ser mi amante?
— No me queda de otra que serlo. Pero, quiero que tu dejes en paz a mi amiga y su negocio. — se comienza acercar a mi y acaricia mi mejilla.
— Lo haré, pero mientras tu cumplas todo lo que yo pida. — me tira bruscamente a la cama. — Ahora serás mía cómo lo fuiste de Benjamín.
— No seré tuya, mi cuerpo lo será, Peter, pero mi amor no.
— Me es suficiente, tu amor no me interesa. Solo me diste tu cuerpo una vez, y eso es lo único que quiero ahora.
Controlo mis ganas de llorar. Veo como él se quita el saco y la corbata.
— Tal vez no vas ser tan desagradable, porque una vez lo disfrutaste. ¿Te acuerdas, Lali? ¿Te acuerda como te entregaste a mi por primera vez, como gritabas gimiendo por más?
No digo nada y veo hacia a otro lado. Lo disfrute porque lo amaba y me amaba y sabia que él era el indicado para darle mi primera vez. Pero ahora esto no será un acto de amor; si no puramente sexual y una venganza que no tiene valor ni fundamento.

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Laberinto de amor.
FanfictionComo en un laberinto, entramos y buscamos desesperados la salida. Pensamos que es un camino para salir y no, llegamos y solo es una pared con la que topamos.