Francisca me hizo comer, sí o sí. No me quedó de otra que hacerlo. En mi mente, no para de pensar como voy le voy a decir a Peter que seremos padres; Solo espero que no se moleste conmigo y lo que tenemos se termine.
Miro la hora y no me atrevo a ir a buscarlo. Sé que debo, pero tengo miedo. Termino de comer, bueno no me lo acabo todo. Levantándome me dirijo hacia la salida.
— ¿Me dejará que la acompañe esta vez señorita?
— Em... Fausto no te preocupes todo bien, solo voy a ir a ver a.... Caminar al parque y verlo. — no quiero decirle que iré a ver a Peter, ya que sé que lo llamará y le pondrá al tanto.
— Señorita deje que la lleve. — vuelve a pedir.
— Fausto, quiero ir sola. No se preocupe por mi.
Antes de que pueda decir algo. Camino rápidamente; alejándome de él, llego a la parada y tomo un taxi. Dando la dirección de la empresa. Comienzo a pensar como decirle.
«Mi amor, tengo que contarte algo. Estoy embarazada.»
No así no....debo decirle de otra forma.
«Peter.... Amor.... Yo....., mira, no tuve la culpa, bueno sí, es que contigo todo se me olvida y bueno.... Seremos padre.»
No sé como se lo voy a decir.... Es que si se lo digo de esa forma estoy segura que me mata. ¿Por qué es tan difícil decir algo que es hermoso?
«Si no fuera porque él te va matar»
No creo que Peter me odie. Bueno.... Espero que no, sí me ama me va entender y estará todo bien para nosotros.
— Señorita ya llegamos. — miro la entrada de la empresa y me quedo sorprendida.
No puedo creer que estaba tan ausente con mis pensamiento; que ni cuenta que ya llegué.
— Ah, sí, sí. — le pago. — gracias.
— ¿Quiere que la espere?
— No, puede irse.
Salgo y camino hacia la entrada. Entro y veo a la recepcionista que me detesta.
— Vengo a ver al señor Lanzani.
— ¿Tiene cita? — dale con la maldita cita.
— Mira dejemos eso ya. Ya me has visto venir e ir. Hasta he salido con tu jefe de aquí, dejemos esa estupidez de tiene cita. Te voy a decir algo:— le muestro la mano donde tengo el anillo. — ¿Ves este anillo? — ella asiente. — Bueno, soy la prometida de tu jefe y si no me abres el maldito ascensor lo voy a llamar y decirle. Entonces lo vuelvo a repetir: ¿Me vas abrir el maldito ascensor?
Ella rápidamente toca el botón. La puerta se abre y le doy una sonrisa cínica. Entro y la puerta se cierra. Bueno aquí vamos a ver como me va. Al abrirse camino hacia la oficina y Megan aparece en mi visión.
— Mira no quiero pelear de nuevo.
— Oh, no, no. Quiero que vengas conmigo.
— Yo no voy a ir a ninguna parte contigo, vengo a ver a mi prometido.
— Es que lo vas a ver querida y ver la realidad de porque se van a casar.
— ¿Dé qué rayos hablas?
— Primero ve conmigo.
Me toma del brazo y me dirige a la sala de junta. Se escucha una discusión y eso me preocupa. Megan me hace señas para que no hable y abre la puerta con cuidado. Me hace que me acerque y mi curiosidad puede mas. Veo a Peter y Gastón discutiendo y me acerco más para escuchar bien.
— ¡Basta Gastón! Hemos tenido esta discusión y ya me aburre.
— No pidas basta, Peter. La conocí no vi a la mujer, que vos me describiste, mas bien es una mujer enamorada de ti cómo una loca.
— Es actuación. Ella es así, muestra lo que quiere que veamos. — ¿Dé que habla?
— Peter en verdad sabes que yo se ver a las personas que tienen doble cara y esa chica no eso. Si sigues con esto vas a terminar mal.
— Quiero mi venganza Gastón. Ya no hay vuelta atrás, Lali va saber lo que es sufrir, como yo lo hice. — ¿Qué? Mi corazón se detiene al escucharlo decir eso. — Tal vez conseguí que me amara y será genial cuando llegue la boda y la deje plantada.
— ¡Por Dios Lanzani! Eso es una canallada. ¿Que vas hacer después? Ella va pedir explicaciones.
— Y sé las daré de la manera que se lo merece. Le diré que: nunca me casaría con una mujerzuela que sólo busca tener poder, que para mi ella sólo era un cuerpo con quién me divertía cada vez que necesitaba aliviar mi deseos. Ella nunca es ni será la mujer que llevará el apellido Lanzani. Que la mujer que amo y deseo es Megan que es a ella quien voy hacer mi mujer.
No puedo seguir escuchando más. Cada una de esas palabras son unas estaca a mi corazón. Con lágrimas corro hacia fuera, corro lo más rápido; hasta llegar al ascensor y aprieto el botón para que se abra, pero este es demasiado lento y odio escuchar la voz burlona de ella.
— Debías saberlo. Ayer Peter me llamó y me contó todo eso que acabas de escuchar, la verdad sabia que había algo extraño en todo eso ya que él me ama con todo su ser. Peter nunca pensó en casarse contigo solo era su plan. Con la que quiere y se casará es conmigo.
— Cállate...., cállate. — pido entre sollozos.
— Mira si fuera tan mala, hubiera dejado que Peter siguiera con su plan, pero lo vi muy cruel y depende de todo ninguna mujer merece ser traicionada de esa forma. — la puerta se abre y entro. No levantó mi mirada no quiero que vea mis lágrimas. — Ahora sufres y crees que lo hice de mal plan, pero te darás cuenta que te salvé, te acabo de salvar de una gran humillación y más adelante me lo vas agradecer.
No contesto no puedo hacerlo. La puerta se cierra. Me apoyo en la pared y comienzo a llorar; mi lágrimas corren sin parar, tengo ganas de vomitar y la cabeza me va explotar. Fui una idiota, no debí creer que él había dejado su maldita venganza atrás. Eso era lo que ya tenía planeado, soy una idiota, idiota por creer en él. Creer en un amor falso que él dijo tenerme. Nunca olvidó su venganza, solo fingió haberla olvidado y hacerme ilusionar.
Al abrirse la puerta salgo y camino sin ánimos no me importa que me vean llorar, solo quiero desaparecer y que nadie sepa de mi, en este momento desearía morirme para que este dolor que siento desaparezca.
No sé cuanto llevo caminando, solo quiero que esto sea un sueño y que nunca hubiera vuelto a verlo. Me siento en una banca y veo la gente ir y venir. Yo soy como una alma en pena, siento que algo en mi se destruyó y no volverá a ser lo mismo. La confianza que tenia en el amor, él acaba de destruirla. Ahora lo único que siento es un vacío que dudo que se llene. Ya no hay nada en mí.
Saco mi celular y le marco a la única persona que me puede ayudar en estos momentos.
—Hola.... Yo necesito tu ayuda.....

ESTÁS LEYENDO
Laberinto de amor.
Fiksi PenggemarComo en un laberinto, entramos y buscamos desesperados la salida. Pensamos que es un camino para salir y no, llegamos y solo es una pared con la que topamos.