Laberinto de amor.

Capitulo 19

Siento cómo me comienzan a mover. Y no puedo evitar, abrir mis ojos poco a poco. Suelto un suspiro y mi ojos se fijan en Peter. Me estiro.

— ¿Ya llegamos? — Pregunto, pero él niega. — ¿Entonces?

— Quiero que me cuentes que te pasa. Y no quiero mentiras.

— No viene al caso. — Me recuesto. — Son cosas mías, cosas que no te importan.

Peter me queda viendo y arruga la frente.

— Quiero saber que rayos te pasa. — Me exige.

— Ya te dije que te interesa. — miro hacia la ventana. — Son cosas personales que no te incumbe.

Suelta un suspiro y se sienta a la par mía.

— No me vengas con esas tonterías. Quiero saber que te pasa. No me gusta los secretos.

— ¿Quieres saber? ¡Bien! Mi madre es la mujer mas interesada y egoísta. No me ama, me mintió todo este tiempo. Y para que sepas, me quiso dar a un loco. Me dejó sola y volvió de tanto tiempo con la excusa que cambió, pero era mentira y me enteré que mi padre no es mi padre, que toda mi vida viví engañada. Y para que sepas me di cuenta que fue mi madre quien te dijo todo eso de mi. Pero ¿sabes por qué? Para hacerme daño. Nunca me amó. — me limpio un par de lágrimas. — Ahora sabes que tu maldita venganza no tiene fundamento, porque yo nunca te engañé, fue mi madre, quien mintió.

Se queda callado. Me duele que me mire sin creer lo que le acabo de decir. Estoy harta que no me crea. Es más importante la palabra de mi madre que la mía.

— No me creas. Todo se va aclarar un día. Ese día vos me vas a pedir perdón de rodillas y será demasiado tarde.

Aparto la mirada de él y siento mis lágrimas caer. No soporto más. Estoy cansada, sumamente cansada de todo.

*****

Llegamos a España. Peter rentó un auto, y nos condujo hacia un hotel, y para lo mejor, ¡Vamos a compartir! — noten mi sarcasmo. 

Me siento en la cama. Él está hablando por el móvil, esta muy serio. ¿Qué habrá pasado? Termina la llamada y se fija en mi.

— Ya vuelvo. Tengo algo que hacer.

— ¿Tan tarde?

— Sí. No me esperes despierta. Pide lo que quieras, pero no salgas. ¿Entiendes?

Ruedo mis ojos y asiento. Lo veo salir de la habitación, y escucho la puerta de la entrada cerrarse. Me quito mis zapatos y comienzo a quitarme la ropa y de mis maletas sacó mi ropa de dormir. Me meto al baño y me doy una ducha rápida. Al cambiarme pido algo de comer. Al traerlo me siento a ver una película y como, mientras la veo.

Al terminar la película decido mejor ir a dormir. Me meto a la cama y cierro mis ojos hasta quedar dormida.

Siento un cosquilleo en mis parte baja. Suelto un gemido. Siento algo húmedo, abro mis ojos y me sorprendo al ver a Peter, haciéndome sexo oral. Intento apártame, pero me lo impide. Suelto otro gemido al sentir su lengua torturando a clítoris. ¡Mierda! Eso se siente bien. De pronto siento cómo introduce un dedo dentro de mi sexo y comienza a meterlo y sacarlo. No puedo más, siento que voy a explotar.

— ¡Peter!   

Grito al momento que llego a un maravilloso orgasmo. Pero él todavía no ha terminado conmigo y me hace girar y quedando en cuarto para él. Me toma de las caderas y me acerca mas a él sintiendo su excitación.

Comienza a entrar lentamente. Cierro mis ojos y suelto otro gemido.

— Peter..... — Me está torturando y no lo puedo soportar.

Entra de una. Y me voy hacia adelante, ¡mierda! Comienza con lentos vaivén. Y no puedo más, aprieto la sabanas entre mis manos y muevo mis caderas para incitarlo a ir más deprisa. Pero el muy maldito sigue con su tortura.

— Peter..... Por favor.... — No me importa suplicar. No me importa. Sólo quiero que comience a cogerme cómo él sabe hacerlo. — Por.....favor ...

Mi suplicas le encanta y comienza a ir mas rápido. Entra y sale de mi. Y yo me vuelvo loca. Lleva una de sus manos y comienza a torturar mi clítoris, cierro mis ojos. Mis gemidos se deben escuchar por todo el hotel. Llego a un maravilloso orgasmo. Pero a parecer peter todavía no me quiere dejar. Sale de mi y se sienta en la orilla de la cama. Sé lo que quiere, y no me doy a desear. Me siento arriba de él y llevo su miembro hacia mi centro y entro de una. Comienzo a mover mis caderas en círculos muy lentamente. Sonrió al ser yo la que lo tortura. Pero también me torturo yo. Él se lleva uno de mis pechos a su boca y los comienza a chupar, haciendo circulo en mi pezón. Eso me vuelve loca y comiendo a entrar y salir más rápido. Mis jadeos son cada vez mas fuerte. Peter también jadea. Los dos sudamos. Mi liberación está cerca al igual que de él. Comienzo a ir más rápido, me empalo una, otra y otra vez. Peter me tiene fuertemente de la cintura y me aprieta con más fuerzas y lo siento ir más profundo. Estamos vueltos locos, ninguno de los dos se detiene. Peter vuelve a torturar mi clítoris. ¡Oh Dios! Mi cabeza cae para atrás y suelto un grito de puro éxtasis y luego a mi tercer orgasmo, al igual que él. Siento su semen entrar y mierda en verdad se siente bien. Pongo mi cabeza en su pecho. Y los dos estamos sudando y con la respiración agitada.

No me muevo no tengo fuerzas. Acabo de tener tres orgasmo. Y estoy muy cansada. Cierro mis ojos y el sueño me está tomando.

— Te amo.

No sé si es producto del sueño o en verdad Peter me dijo que me amaba, pero no tengo fuerzas para averiguar. Cerrando mis ojos quedo profundamente dormida.