Capitulo 39

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Decidí ir a ver a la madre de Lali. Quiero saber porque hizo ese maldito plan. Necesito que me lo diga a la cara, por qué tanto odio a su propia hija. Una madre debe velar por la felicidad de su hija, pero esa mujer sólo daño le causó y yo cómo un idiota decidí creerle.

Espero impaciente que ella aparezca. La puerta se abre y entra con un guardia, él no sale se queda para vigilar.

— Pero miren a quién tenemos aquí. Al mismísimo Juan Lanzani. ¿En qué puedo ayudarte? — de sienta.

— ¿Quiero saber por qué me engañó?

— ¿En que te engañe?

— No se haga. Usted me hizo creer que Lali sólo quería mi dinero  que me engañaba.

— ¿Ah, eso? Tantos años y hasta ahora te enteras. Creí que eras mas inteligente, pero parece que no. — sonríe burlona.

— ¿Por qué lo hizo?

— Mi hija iba a tener todo lo que yo no tuve. Amor de un hombre que es rico y tenía planeado casarse con ella. Lali iba a tener todo, pero la muy idiota y sus escrúpulos no podía evitar sentirse inferior a ti. Me hartaba su inseguridades y que te dejó por no ser la mujer que tu merecías.

— Por eso inventó todo. Qué clase de mujer es usted que le causó tanto daño a su hija.

— Ella no merece ser llamada hija. Es igual a su padre que ve el amor antes que el dinero. Hubiera tenido todo, pero lo dejó.

— Sus mentiras han ocasionado mucho daño. Me hizo cometer el peor error de mi vida.

— ¿Qué error? Ah, sí. tú y mi hija volvieron. No me digas que... Te vengaste ¿no? — no contesto y escucho su carcajada. — lo hiciste. Tu orgullo de hombre te hizo vengarte. Era de suponerse que lo harías.

— Es una....

— Sabes qué lo que me digas, no me importa. — se levanta. — me alegro que te hayas vengado de ella.

— Tal vez mi error fue eso, Pero usted se va quedar aquí encerrada. Lali es fuerte y lo que le hice no se va derrumbar, eso es algo que Lali la supera señora.
Salgo de ese lugar más furioso que nunca. Caí en las mentiras de una mujer que no tiene escrúpulos, le da alegría que su hija sufra. Esa mujer no merece llamarse madre de nadie.

Subo al auto y le marco a Sandro. Necesito saber sí sabe algo Lali.

— Sandro, ¿has averiguado algo?
— Lo siento Peter, no puedo dar con ella. No ha salido del país, ni ha pagado ningún hotel, su celular sigue inactivo.

— Ella no pudo desaparecer de un día para otro.

— Lo hizo. Fui a ver a su amiga y no sabe nada, ni la está ocultado.

— Sandro, debes encontrarla sea como sea.

— Peter lo estoy haciendo, pero no es fácil. Otra cosa que quiero decirte, es sobre lo primero que me pediste que averiguara. No sé sí quieres hablarlo por aquí o prefieres vernos frente a frente.

— Ven a mi casa. Ya estoy en camino.

— Está bien. Nos vemos en tu casa.

Cancelo y conduzco hacia la casa. No se lo que voy hacer, pero sea como sea voy a encontrar a Lali, debo pedirle perdón. Tal vez la perdí por idiota, pero quiero estar con ella en estos momentos.

Llego a la casa. Voy directo al estudio y me sirvo una copa de whisky, tomo tranquilo esperando que llegue Sandro y me diga lo que averiguo.

— Señor desea algo. — levanto de vista. Mia me mira toda sonrojada.

— No Mia, estoy bien.

— Pet.... Señor Lanzani, yo.....

— Hola Peter. — Sandro aparece y veo a Mia irse. — ¿he interrumpido algo?

— No. Dime lo que averiguaste. — le sirvo una copa con whisky.

— Gracias. — pone la copa a un lado y saca unos papeles. — bueno, lo que tengo no sé si es seguro, pero todo pinta a que sí lo es.

— Ve al grano. — pido.

— La madre de tu novia es una fichita, pero tuvo una relación con Santiago Talarico.

— Espera. ¿El señor Talarico? ¿mi socio?

— Sí Peter. La madre de Lali y él tuvieron algo en su juventud que no terminó nada bien, parece que ella se la jugaba con otro.

— Entonces no es el padre.

— Pero es una posibilidad que sí sea.

— Sí, es verdad Lali seria la heredera de las empresa y toda la fortuna de los Talarico. ¿Cómo podemos saber si es el padre?

— Con una prueba de ADN.

— Lali no está aquí, Sandro.

— Dejó toda sus pertenencias.

— Lo sé, ¿pero la muestra de Santiago? No puedo darle falsas esperanzas. Si le digo que Lali es la hija y sale que no, lo puedo destruir.

— Sólo necesitamos una muestra de él y mandar hacer una prueba de ADN.

— Voy a decirle si podemos reunirnos y le sacaré la prueba que se necesita. Si la prueba sale positiva él me puede ayudar a encontrar a Lali. — digo esperanzado.

— Es posible, pero yo seguiré averiguando.

— Gracias Sandro. ¿Quieres quedarte a comer?

— No gracias Peter. Tengo otro asunto que resolver y no te preocupes voy a seguir averiguando mas cosas.

— Te lo agradezco amigo.

Nos despedimos. No puedo creer que haya una posibilidad que Lali sea la hija de Santiago; si lo es, todas sus dudas serán resuelta. Cuando me dijo que no sabia quien era su padre, mandé a Sandro a investigarlo, pero no me imaginé que sea posible que Lali sea hija de Santiago Talarico

Laberinto de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora