Capitulo 42

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Miro a Santiago a la esperar su respuesta. Él solo me mira y algo extraño pasa, ya que Santiago no me quiere contestar. Él solo me mira y no ha dicho ni una sola palabra.

— Santiago, ¿me vas ayudar?

— No Peter.

— ¿Qué? Me tienes que ayudar, Lali está desaparecida y.....

— Y nada. No puedo acercarte a mi hija sabiendo todo el daño que le has hecho.

— Santiago.....

— Yo sé donde está, pero no te lo diré.

— ¿Sabes dónde está? ¡Dime! — niega y me acerco molesto. — ¡Carajo! Estás viendo lo desesperado que estoy y no quieres decirme dónde está.

— Lali necesita tranquilidad y dudo que verte le hará bien. Peter la Lástimaste, te burlaste de ella.

— ¿Crees que no me siento horrible? Fui un idiota al dejar que mi odio me cegara, pero por favor Santiago, quiero verla y decirle que me perdone.

— Peter todo es muy reciente, creo que lo mejor es que le des un tiempo y más ahora que quiero hablar con ella y decirle que soy su padre. Si la amas harás lo que te pido.

Aprieto mi manos. Sé que Santiago tiene razón, pero como quiere que me controle sabiendo que él sabe donde está, pero debo ser paciente y permitir que Lali se calme. Yo se lo debo por el daño que le hice.

— Una semana. — digo. — Después que pase esa semana quiero hablar con ella.

— Está bien. Yo te voy a llamar, voy a intentar que Lali quiera hablar contigo.

— Bien.

No me queda de otra que esperar y darle tiempo a sanar. Me subo a mi auto y veo como Santiago sube a un taxi, para ir por su auto que está en la empresa. Yo no regreso a la empresa; ya que si lo hago me dará ganas de seguirlo, lo mejor es no sucumbir a la tentación.

Al llegar a mi casa voy directamente a mi cuarto, pido no ser molestado. Solo espero que Lali no sufra mucho cuando se de cuenta que Santiago es su padre. Cómo desearía estar con ella cuando eso pase.

Lali.

Entre Ale y yo estamos haciendo una torta. la verdad que ella tiene ese instinto de madre que Clarisa no lo tuvo conmigo. duele, ya, que, si mi madre hubiera tenido esa parte que tiene Ale; no hubiera tenido ese vacío que siento, por haber tenido el amor de una madre.

— Santiago ama la torta de chocolate es su favorita. — la oigo decir.

— Es que es la mejor. También es mi favorita.

— Lali no quiero meterme en lo que no me importa, pero ¿no vas a intentar hablar con el padre de tu hijo?

— No estoy preparada, Ale. Lo que Peter me hizo no tiene perdón. La verdad no creo que me sienta bien estar frente de él, en estos momentos.

— Te entiendo, pero no olvides algo. Ese bebé que esperas necesita un padre.

— Yo lo seré.

— Sólo piénsalo.

Suelto un suspiro. Ella tiene razón, debo ser valiente y hablar con él, pero no ahora; tal vez más adelante. Todavía no me siento fuerte para verlo.

— Hola a las mujeres más hermosa.

Sonrió al ver al señor Santiago entrar.

— ¿Dónde fuiste?

— Tuve un percance que tenía que solucionar, amor.

Ver como ellos dos muestran su amor me da nostalgia; al pensar que yo deseaba lo mismo con Peter. Sonrió al ver cómo el señor Santiago se acerca a mi, y de pronto me abraza y siento algo diferente en ese abrazo, lo siento mas cálido de lo normal.

— ¿Cómo te has sentido?

— Bien.... ¿Ocurre algo?

— No.... No, bueno si... Quisiera hablar contigo un momento.

— Claro...., pero estoy ayudando a Ale con la torta.

— ¿Torta? No me diga que es.... — Pregunta con un brillo en los ojos.

Vaya en verdad ama la torta de chocolate, bueno yo soy igual.

— Claro que sí, pero vayan yo me encargo.

— ¿Estás segura?

— Sí niña, vayan que yo me encargo.

Salimos de la cocina. Nos dirigimos a la biblioteca, nos sentamos y veo que está muy nervioso. ¿Será qué me quiere pedir que me vaya? Oh, no. Sí es eso no sé donde voy a ir. No quiero que Peter me encuentre.

— Señor Santiago ¿que pasa? Sí quiere que me vaya solo dígame yo lo voy a entender.

— Lali no quiero que te vayas. Es que es muy difícil para mi poder hablarte de algo muy importante.

— ¿Difícil? Dígame no se preocupe. 

— ¿Alguna vez has deseado encontrar a tu verdadero padre?

— Claro que sí, es lo que más deseo. Ya lo estoy buscando, pero no hay rastro de él.

— Sí supieras quién es. ¿Qué le dirías?

— La verdad no sé, lo he pensado. Es muy difícil para mí haberme dado cuenta que al hombre que vi siempre como padre no lo es, que es otro y que no me quiso. Siendo sincera no me gustaría verlo.... 

— Pero.....

— La verdad es que no quiero saber de él. Si no me quiso cuando se dio cuenta de mi existencia, no me va querer ahora. ¿Por qué debo buscarlo? Ese hombre debe tener una familia hecha y yo no tengo nada que ver. — ya me doy cuenta que debo dejar de buscarlo y dejar mi pasado atrás.

— Lali, pero que tal que él no sabia nada y tu madre fue la causante de todo y le mintió al decirle que él no era tu padre.

— Señor Santiago seamos sinceros. Puede que mi madre sea la persona mas mentirosa de toda, ¿pero no cree que si sabia que estaba embarazada no iba a intentar saber si decía la verdad o no? Lo siento, pero él no quiso hacerse responsable de mí.

— No digas eso, tu padre.....

— No es mi padre. Alguien que no conocí no merece ser llamado de esa forma.

— ¡Sí lo merezco! — Se levanta sobresaltado. — Yo merezco que me llames padres, Lali, yo sí merezco que me digas papá.

— ¿Qué.....?

— Soy tu padre, Lali, soy tu padre.....

Laberinto de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora