Capitulo 23

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Mis ojos pesan. No recuerdo a que hora me quedé dormida ni nada. Abro poco a poco los ojos y me acostumbro a la luz. Soltando un suspiro, me levanto y siento un dolor en mi vientre. Hago una mueca y me levanto. Camino hacia el cuarto de baño, me bajo la ropa y suelto un suspiro exasperado al ver porque es la causa de mi dolor. Con todo esto se me olvidó que me venia la menstruación. Hago mis necesidades y saco de mis bolsita donde tengo mis productos higiénicos. Sacó una de las toallas y me doy una ducha. Me pongo la ropa interior limpia con la toalla.

El dolor se vuelve insoportable y achino los ojos. Camino de vuelta a la cama y me acuesto. Odio que siempre que me viene esto, me viene con dolores horrorosos. Me remuevo y unas cuantas lágrimas caen, por causa del dolor y el daño que me ha hecho Peter.

La puerta se abre y veo a Peter parado viéndome serio.

— ¿Qué te pasa? — no contesto. — Te estoy hablando Lali..

— No me pasa nada. — aprieto los dientes furiosa.

— Algo te pasa, dime. — insiste.

— ¡Qué no me pasa nada! — grito furiosa.

— No es necesario que me trates así. Mejor te dejo estas insoportable.

Él se da la vuelta, estaba a punto de salir, pero por causa de mi gemido de dolor, se envuelve y corre hacia mi.

— ¿Qué tienes? — no le contesto. — No me iré hasta que me conteste.

Frustrada y por causa del dolor lo miro furiosa.

— Estoy mal, por qué me duele el puto vientre a causa que me bajó. ¡Contento!

Él suaviza la mirada. Poniéndose de cuclillas, me toca la mejilla y me mira con ternura.

Este hombre esta loco, no. Posiblemente es bipolar.

— No fue tan difícil de decirme lo que te pasaba. — se levanta. — traeré algo que te ayude.

— ¿Sabes lo que me puedes dar?

— Dime y te lo traigo.

— Déjame en paz. Desapareces de mi vida. — digo exasperada. — No volverme a joder nunca más. — agrego fulminándolo con la mirada.

No contesta y dándose vuelta me deja sola. Removiendo en la cama, gimo de dolor. ¿Por qué rayos nos tenía que pasar esto a las mujeres? ¿No fue suficiente con los dolores de parto? Tengo ganas de llorar, gritar o matarme. Tal vez así dejo de sufrir.

Se que él escucha mis quejidos, pero me vale. Que los escuche. Aunque soy yo la que sufre. Me tomo mi vientre con mis manos y me acurruco. Quiero que esto se acabe, ya no soporto este dolor. La puerta vuelve abrirse; lo veo aparecer con un vaso con agua y un sobre. Lo miro, lo miro. Se acerca y se sienta en la orilla de la cama.

— Toma. — me dice.

Achino más mis ojos y niego.

— No quiero.

— Deja de berrinches Lali. ¿Quieres que el dolor se te vaya? — asiento, formando un puchero. — Entonces tómate esto.

Suelto un suspiro y me siento. Tomo el vaso y las pastilla y las miro insegura. Quiero que el dolor se me vaya, así que me las tomo y me vuelvo a acostar.

— Cuando te haga efecto se te quitará.

No contesto. Lo veo levantarse y antes de salir decido dejar mi orgullo por un momento.

— Gracias.

No se da vuelta, pero se que me escuchó. Sale y yo cierro mis ojos hasta quedarme dormida.

»»»»

Vuelvo abrir mis ojos, pero está vez no siento dolor. En verdad si que me ayudó esa pastilla. Me siento como si estuviera flotando, sin dolor, si nada. Me levanto, salgo del cuarto y camino hacia la cocina. Tengo un apetito feroz. No veo a Peter por ninguna parte. ¡Mejor! Así me deja de joder. Necesito pensar como es que esas fotos fueron hechas.

Sacando cereal y leche; comienzo a comer. Estoy apoyada en la encimera y como mi cereal. Todo es extraño, no recuerdo haber despertado desnuda y con Benja a mi lado.

«¿Será que mi madre está implicada en esto?»

Terminando de comer. Lavo el plato. El único que me sacaría de la duda es Benjamín, pero él y yo, no nos vemos hace mucho y no sabría como comunicarme con él. Pero no voy a rendirme, ahora debo saber la verdad de mi vida, y la verdad de esté asunto. Ya desayunada, regreso al cuarto y me pongo ropa. Sola aquí me siento aburrida. Vuelvo y camino hacia el teléfono y le marco a mi amiga.

— ¿Sí? — ella me contesta extrañada.

— Hola amiga, soy Lali. ¿Cómo estás?

— ¡Oh! Lali. Pues bien amiga, estoy con mucho trabajo y además con los preparativos de mi boda.

— Quisiera estar contigo, pero no puedo por, pe.... por asuntos personales. — por poco meto la pata. — Pero sabes que al nomas volver te ayudo.

— No te preocupes loca. Yo se que no me vas a fallar, además tengo la ayuda de la hermana de mi amorcito.

— Que bueno loca. Bueno te dejo no quiero que carguen la cuenta de llamadas a distancia.

— Si vi el número. No me creo que estés en España. Me traes algo. — río por su broma.

— Dale yo te compro algo. Adiós amiga.

Termino la llamada. Soltando un suspiro me recuesto en el mueble. Espero que Peter no se moleste que yo haya llamado. Además....., estoy aquí por él, en un lugar que no conozco, entonces que ni se moleste porque está vez no me voy a callar y lo mandaré a la mismísima mi......

— Qué cómoda estás.

Una voz me saca de mis pensamiento.

Me levanto y arrugo la frente.

— ¿Cómo entraste? — digo poniéndome de pie.

Miro a Megan y me cruzo de brazos.

— No te importa. — sisea y se pone a frente mío.

— Pues a mi me importa. No tiene el derecho de.... — ella me interrumpe.

— Derecho tengo. Te metiste en medio de Peter y mío. Por tu culpa termino nuestro compromiso, pero no me voy a quedar callada y te pondré en tu lugar, zorra. Porque eso eres, una maldita zorra.

Iba a defenderme pero escucho un fuerte golpe y miramos hacia la puerta. Las dos miramos sorprendidas a Peter, él mira a Megan furioso con ganas de matarla.

— La que debería ponerse en su lugar sos vos Megan. No te permito que le hables así a Lali. Ella no tiene nada que ver con esto, ya te dije todo y quiero que te vayas.

— ¡No puedo creer que defiendas a tu amante!

— ¡Basta! — grita furioso y nos hacen saltar. — Lali no es mi amante. — me toma de la cintura y me acerca hacia él. —  Es mi prometida.

Las dos abrimos los ojos. Yo tengo mi garganta seca. ¿Su prometida? ¿Desde cuándo? ¿Qué rayos está tramando Peter? Esto no me gusta, algo trama, y yo no voy a dejar que me siga lastimando.

Laberinto de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora