Capitulo 27

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Llegamos al hotel. Estoy nerviosa de lo que Euge me dirá, no quiero más problemas ya estoy cansada. Mirando un punto fijo, estamos esperando que ella aparezca, se escucha el sonido de la puerta. Peter se levanta y va abrir.

Estoy nerviosa; la verdad que si. No se como vaya esto y me pongo recta cundo Euge está frente de mi y con las niñas. Qué la verdad se parecen mucho a ella.

— Peter me puedes dejar sola con ell..... Lali por favor. — le pide tranquilamente.

— No creo que sea bueno.

— Por favor, Peter. — mira a las niñas y su mirada se dulcifica. — Chiquitas vayan con el tío Peter, él les comprará un helado.

— ¡Siiiií! — aplauden las dos.

— Euge.....

— Por favor Peter. No dejarás a tus sobrinas sin helado ¿o sí?

— Por favor tío Peter. — le pide la mayor. — Por favor.

— Yo quiero mi helado tío. — la más chiquita lo miro con una dulce mirada.

— Está bien. — dice rendido. — Vamos.

Las niñas corren hacia él. Tomándolo de la manos, salen dejándome a solas con Euge. Ella se sienta al frente de mi, me mira seriamente. No dice nada; este silencio me está matando.

— Di algo Euge. Vienes hablar conmigo y no dices nada.

— Quiero descubrir cual es tu juego.

— No tengo ningún juego.

— Es muy extraño todo. Tú con mi hermano, le hiciste daño y él está cómo sin nada, contigo. ¿No comprendo? Lali le hiciste daño. Te burlaste de mi hermano. Sufrió por ti, yo lo vi. Tú me dijiste que no podías soportar la clase social de mi hermano, te creí, pero saber que solo te reíste a su cara, con el que decías ser tu amigo. Me desilusionaste.

— Euge..... Amo a tu hermano, siempre lo hice. Nunca lo engañé, te juro que era la verdad lo que te dije. Benjamín solo fue un amigo.

— Fuiste su novia.

— Poco tiempo. No duramos nada...

— No mientas. Ya deja esa máscara.

— Te lo digo del corazón. Yo nunca me metí con tu hermano por su dinero, estuve con él porque lo amaba, lo sigo amando. Mi propia madre me hizo daño, ella ni me quiere y dijo toda a esa mentiras de mi.

— ¿Las fotos, qué? Ahí se ve bien claro todo.

— ¡No sé! ¡Te lo juro! No recuerdo haber estado en la cama de Benjamín, no lo recuerdo. Yo sé qué nunca estuve con él. No me explico que fue lo qué pasó. — mi frustración se escucha en mi voz.

Me levanto y comienzo a caminar de un lado a otro.

— Te juro que no sé. Quiero saberlo, averiguar que rayos pasó. Eugenia no sabes mi vida ha sido un infierno. Tuve que salir adelante por mi misma. Conocía a hombres, pero ninguno podía arrancar a Peter de mi corazón. Me engañaban, mi vida a sido una tormenta. Después me entero de las trampas de mi madre, la venganza de tú hermano. ¡Para el colmo! Al hombre quién creí que era mi padre no lo es. — caigo al mueble y comienzo a llorar.

Ahora solo eso paso haciendo llorar. Quiero hacerme la fuerte, pero no lo puedo evitar. Mi vida es un asco.

Siento unos brazos envolverme. Sé que es Euge y agradezco por ese gesto.

— Te juro que digo la verdad. — digo entre sollozo. — Nunca engañé a tu hermano.

— Te creo Lali. Perdóname por decirte todo eso. Pero estaba furiosa.

— Comprendo. — me aparto. — Pero no hice nada de eso, Euge. Mi madre lo hizo porque me odia.

— Siempre vi eso. Pero su odio llegó a un extremo. Pero si mi hermano te tiene por una venganza. ¿Por qué se van a casar?

Me encojo de hombros.

— Dice que ya no hay venganza y quiere olvidar todo. Pero no lo creo, Euge, es muy extraño. Él todavía tiene dudas de mi, yo quiero demostrarle mi inocencia.

— Yo te voy ayudar con eso.

— ¿En serio?  Oh, Euge, gracias. En verdad quiero demostrarle mi inocencia a Peter.

— Y lo vamos a conseguir.

— Gracias. Cuéntame de tu vida. Tus hijas son hermosas. ¿Qué ocurrió con tu marido.?

— Gracias. pues nos peleamos por culpa de su secretaria. Es una zorra y él la invitó a salir. Dizque por Educación. ¿Vas a creer tu eso?

— Deja que te explique Euge. A veces nada es lo que parece, mírame a mi, te lo digo porque yo lo estoy viviendo.

— Puede ser, pero es qué.... Ella se le ve en la cara que le gusta mi marido.

— Pero si él te ama, no se fijará en otra. Piensa en tus hijas. ¿Cómo se llaman esa nenas.?

— Rufina es la mayor tiene ocho años y Alai con seis años.

— Tienes una hermosa familia. No dejes que los celos la arruine, deja que tu esposo te explique.

— La haré, mañana temprano nos iremos y dejaré que me explique. Extrañaba esto. Hablar contigo cómo los viejos tiempo.

— Yo también lo extrañe.

— ¿Hermanillas? 

— Hermanillas. — digo.

Nos abrazamos con mucho cariño. Por lo menos Euge me
Creyó solo me falta que lo haga Peter y así descubrir si podremos ser felices.

Laberinto de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora