Ella esta cruzada de brazos y se acerca a mi, no puedo decir nada. Después de tanto tiempo verla al frente mío. Nunca pensé que volvería.
Siento como mis ojos se llenan de lágrimas, pero no de felicidad, si no de dolor. ¿Por qué? ¿Por qué vuelve? Me calmo un poco y cuando siento que puedo hablar lo hago.
— ¿Por qué estás aquí? ¿Cómo entraste?
— ¿Eso es lo que le preguntas a tu madre, cuando la vez por primera después de tanto tiempo?
— Por favor..... Te fuiste, me dejaste.... ¿Para qué? ¿Cómo entraste?
— El encargado me dejó entrar, le dije que soy tu madre. — va hacia los muebles y se sienta. — No vives mal, pero no tan bien.
— ¿Qué haces aquí? — otra vez pregunto.
— Me dije: Ya es tiempo de buscar a mi hija, busqué a tu amiguita esa Juli, no fue difícil dar con ella ya que su florería es muy conocida. No me quiso dar tu dirección, pero me las ingenie para conseguirla.
— ¿Ya era tiempo? No pensaste en mi cuando me dejaste sola y sin nada.
— Ay no seas dramática Mariana. Tenias veinte años no eras una estúpida niña.
— ¡Te fuiste con un hombre! ¿Te dio lo que tanto buscabas?
— Al principio tuve la vida que siempre desee que tu padre nunca me dio.
— Si tanto tenia esa vida deseada. ¿Para que vuelves?
Ella baja la mirada y no me gusta como su rostro se vuelve vulnerable. — ¿Qué pasó? — Pregunto.
— Él..... Al principio fue lindo y tierno conmigo, me daba de todo, pero en un tiempo comenzó a cambiar. Llegaba borracho y me golpeaba..... Y no aguante más. — se secó las lágrima — Tu.....padre... Nunca me levantó una mano.
— Mi padre era un buen hombre y tú lo destruiste.
— ¡Sólo quería la vida que siempre desee! — se justifica.
— Era mas tu amor por la ambición, que el amor por tu familia.
— Tal vez estuve equivocada hija, pero me di cuenta del error que cometí.
Niego una y otra vez. De pronto me acuerdo del dinero que le sacaba a Peter.
— ¿Por qué le pedías dinero a Peter de parte mío?
Ella me mira sorprendida por la pregunta ya que no se lo esperaba
— ¡Yo nunca le pedí dinero! - Se hace la ofendida.
— ¡No mientas! Peter me lo dijo.
— ¿Peter? ¿Lo sigues viendo? — Veo como su rostro brilla.
— No te hagas ilusiones. No tenemos nada. Quieres dinero ¿no? Porque solo para eso vuelves.
— Quiero estar con mi hija. Ya cambié ¿es difícil comprender? — «Claro que es difícil» pienso, pero, no se lo digo. — Dame una oportunidad hija, para demostrarte que cambié... Soy tu madre.
— No pidas que confíe en ti. Te conozco mamá y sé cómo eres no pidas que te de mi confianza.
— Bien. — se levanta y camina hasta donde están las maletas. — No voy a pedir más. — Toma sus cosas y camina hacia la puerta.
— ¡Espera! — la detengo.
— ¿Qué?
— ¿Tienes dónde quedarte o por lo menos dinero?
Niega y se encoge de hombros.
— Yo veré como consigo algo.
Sé que debo dejarla irse, pero es mi madre y una parte de mi sabe que aunque hizo lo que hizo debo apoyarla. Además no la veré; ya que me iré de viaje con Peter y alejada de ella voy a pensar que hacer.
— Puedes quedarte.
— Oh, hija.... — se acercar a mi, pero me alejo.
— Te voy a dar un voto de confianza, pero no quiero que te metas en mi vida mamá. — se lo digo por si se encuentra con Peter.
— ¿Por qué lo debería hacer?
No le contesto y me voy directo a mi cuarto, ella se puede quedar en el otro. Entro y me acuesto en la cama. Mi madre vuelve y Peter quiere que vaya de viaje.
— Que gran día fue hoy.
¡Ja! Ni me lo creo. Miro mi celular y veo un mensaje de Juli que pide que la llame y lo hago.
— ¡Por fin me llamas!
— Hola Juli, perdón por no ir a trabajar, tuve un problema, pero mañana me presento.
— No te preocupes, debo decirte algo.
— Si es por mi madre, ya lo sé. Ella está aquí.
— ¿Qué? Pero yo no le di tu dirección.
— Es mi madre, Juli. Ella cuando quiere algo se lo propone.
— ¿Qué vas hacer?
— Nada....es mi madre, Juli.
— Espero que tu madre no te traiga desgracias. — Eso espero yo. Pero no se lo digo. — Tengo que contarte algo más.
— ¿Qué?
— ¡Me voy a casar!
— ¿Broma?
— No, no. Hoy me lo propuso. En verdad lo estaba esperando y por fin se atrevió.
— Felicidades amiga, vas a ser muy feliz.
— Gracias, serás mi dama de honor ¿no?
— ¡Obvio qué sí!
— ¿Puedes venir? En verdad necesito hablar contigo amiga y podemos salir a tomar algo ya que lo necesito.
— Dale, solo me doy un baño y voy contigo.
Nos despedidos. En verdad necesito un baño con lo que pasó en el ascensor con Peter lo necesito de verdad. Entro al baño y me desnudo. Toco mi piel, siento como las caricias de Peter están grabadas.
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Laberinto de amor.
FanfictionComo en un laberinto, entramos y buscamos desesperados la salida. Pensamos que es un camino para salir y no, llegamos y solo es una pared con la que topamos.