Capitulo 13.

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Llegamos al restaurante y Peter ordenó lo que comeremos. No me ha dicho nada y yo no intento hablar. Recordar lo que pasó en el ascensor hacer que me sonroje. Nunca en mi vida actúe de esta forma tan..... ¡Ay Dios! Peter me hace hacer locuras.

Nos traen las ordenes y yo solo miro mi plato sin ganas de comer. Este silencio me esta matando ya que él no habla lo haré yo.

— Peter debemos hablar. Sé que tenemos un trato pero no me gusta esto. Tu...., tu venganza no tiene fundamento, yo....

— No lo intentes. Lali no quiero saber nada de que no eres culpable de lo que te acuso, sólo sé que fui un tonto al haberme enamorado de ti. Y si quieres que persuada mi venganza, no lo voy hacer. Eres libre de irte y acabar todo, pero atente a las consecuencia. Yo no hablo por hablar. — ahí esta otra vez. Con la amenaza.

— Bien...., pero cuando te des cuenta que tu venganza no tiene fundamentos te vas arrepentir.

— Lo dudo. — veo como toma la copa y bebe un poco de su vino. — Quiero informarte que debo hacer un viaje de negocios a España. — Dios, voy a ser libre. — Vendrás conmigo. — Me sorprendo y lo miro con horror. — ¿Qué? ¿Creías que me iría y te dejaría aquí? Pues no Lali, tú vienes conmigo. Será mi distracción cuando regrese abatido.

— ¿No te cansas? No soy una puta para que me trates de esa manera. Yo no iré a ninguna parte contigo.

— No puedes negarte. Te quiero conmigo y punto, si no vas ya sabes lo que pasará.

— ¿Qué hay de tú novia? No puede ella acompañarte, si quieres compañía está ella.

— Cómo dijiste compañía. No pienso usarla para lo que tengo pensando hacerte a ti. Con ella puedo hacerlo cualquier día y en nuestra noche de bodas. — Lo miro con cara de asco aunque lo que quiero es llorar.

Lo hace para lastimarme y lo está consiguiendo.

— Eres un cerdo.

— Cómo sea. El sábado nos iremos ten listo todo. Tienes tiempo suficiente.

No digo nada y seguimos comiendo. Quiera demostrarle que no soy lo que piensa. ¿Pero cómo? Debo buscar la manera de hacer que Peter crea en mi.

Al terminar él me lleva a mi departamento y antes de irse me dice por última vez que arregle todo para el viaje.

Veo como se aleja y cierro la puerta; me apoyo en ella. Me niego llorar, ya basta de hacerlo. Ahora debo buscar la manera que Peter sepa la verdad y no voy a descansar hasta conseguirlo.

Camino hacia la sala y me extraño al ver unas maletas. ¿Qué rayos? Escucho unos pasos aproximándose volteo a ver y abro los ojos sorprendida al ver a la persona que está al frente mío.

— Tanto tiempo, deja de verme como si miraras un fantasma, Mariana.

— ¿Ma......,mamá? — digo con un hilo de voz.

Mi madre esta al frente mío y solo me mira con esa mirada que siempre me dio. De odio y desprecio. No puedo decir nada sólo la veo y se que su llegada no es para algo bueno, si no lo contrario.

Laberinto de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora