Capítulo 1; Despedidas (Editado)

20.3K 882 93
                                    

Cinco años después.

No puedo creer que después de tantos años, por fin haya llegado este momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No puedo creer que después de tantos años, por fin haya llegado este momento. Lo he soñado tantas veces, lo he deseado con tanta intensidad, que me parece irreal que por fin vaya conduciendo para recoger a Keyla y embarcarnos juntas en esta aventura.

Me ha costado mucho dar el paso. Estuve incluso a punto de elegir una universidad más cercana, pero Keyla consiguió hacerme entrar en razón.

Siempre he querido estudiar psicología. Convertirme en una gran profesional que ayude a las personas a soltar los lastres que suponen sus miedos y sus traumas. Ayudar a la humanidad a ser un poquito más feliz. Y por eso me decidí por la universidad de Utah. No ha sido un mero capricho. Adoro a mi madre, y haría cualquier cosa por ella. Pero necesito tomar distancia de todos los malos recuerdos que están encapsulados entre las cuatro paredes que siempre he llamado hogar. La universidad de Utah está a la distancia perfecta, lo suficientemente lejos como para distanciarme de todo esto, pero lo suficientemente cerca como para llegar a casa en unas horas en caso de que algo suceda.

Ha sido realmente agotador ve a mamá pasar de la risa al llanto cada tres segundos durante los últimos años. Últimamente parece estar un poco más estable, lo que me ha dado la confianza y la tranquilidad de poder alejarme de casa sin sentirme tan culpable.

La despedida ha sido un poco ardua. Ha sacado toda la artillería pesada para tratar de convencerme de que no me marchara. Ha llorado, ha gritado, me ha insultado, me ha besado, me ha abrazado. Me ha implorado que no me marche, ha tratado de chantajearme emocionalmente alegando que no está bien, que sin mí va a empeorar. Y todo ese espectáculo, ha tenido el efecto contrario a lo que ella pretendía. Ha reforzado aún más mi decisión de marcharme de aquí.

Lo necesito.

Aquí me asfixio. Y aunque me preocupo por ella, y no quiero que nada malo le suceda, necesito comenzar a vivir mi vida.

Estaciono el vehículo frente a la puerta de Keyla y toco el claxon tres veces, hasta que mi amiga asoma su rubia cabecita por la ventana del baño de la segunda planta.

- ¡Bajo enseguida! - Exclama segundos antes de desaparecer tras las cortinas de la ventana.

Bajo del coche, y me acerco a la entrada principal. Estiro el brazo para llamar a la puerta, pero no tengo ocasión de hacerlo, porque la madre de Keyla abre la puerta con lágrimas en los ojos.

- No me puedo creer que mis niñas vayan a la universidad. - Declara con emoción contenida al mismo tiempo que me estrecha entre sus brazos. - ¿Cómo habéis crecido tan rápido?

- ¡Mamá! - Exclama Keyla. - ¿Te importaría dejar a Megan y ayudarme? Esto pesa como un muerto.

Catherine se separa de mí, se gira levemente, y asoma la cabeza al interior del salón. Yo la imito, y veo cómo Keyla, roja como un tomate, acarrea por las escaleras una maleta en la que habría cabido un elefante y parte de su manada.

Los secretos de IZAN © EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora