Capítulo 20; ¿Bipolar? (Editado)

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Cuando Izan se ha marchado y no queda alma viviente en el pasillo doy un grito acompañado de una patada de pura frustración

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Cuando Izan se ha marchado y no queda alma viviente en el pasillo doy un grito acompañado de una patada de pura frustración. Es muchísimo más pesado conmigo de lo que lo es con Keyla y no entiendo por qué. Supongo que Naim es su amigo y está encantado de tenerlo como cuñado. Mike en cambio...no se soportan, y aun no entiendo el motivo.

Ya sin prisas me dirijo al exterior de la residencia, no tiene sentido correr, ya llego tarde a la primera clase, así que me decido por ir a desayunar.

En cuanto cruzo la puerta de la cafetería observo que Mike está sentado en nuestra mesa de cada mañana, pero no es a Mike a quien mis ojos buscan.

Tras asegurarme de que Izan no está presente y haber llenado mi bandeja de comida, me siento junto a mi novio.

— ¿Qué tal estas preciosa? — Pregunta mientras me da un casto beso en los labios y sus ojos se posan en el moño desordenado que tengo en la cabeza.

— Bien. Me he quedado dormida. — Pongo un mohín con los labios.

— Soñando conmigo espero. — Dice mientras me sonríe de forma sugerente.

Sus palabras hacen que el corazón me dé un vuelco al recordar los brazos de Izan rodeándome y lo mucho que deseaba que me besara. Y me siento cohibida y avergonzada. ¿Cómo puedo sentirme culpable por un sueño?

En vez de contestarle me decido por la opción menos comprometida, sonrío y le doy un bocado a mi emparedado.

— He estado a punto de llamarte. Me marcho el fin de semana a casa.

Casi me atraganto y bebo un poco de agua para ayudar a bajar la comida.

— ¿Tu abuela?

— Sí, me han avisado de que está peor y no quiero esperar.

— ¿Cuándo te marchas?

— En unos minutos. Estaba esperando verte para despedirme.

— ¿Y cuando vuelves?

— Pues aún no lo tengo decidido, pero supongo que el domingo por la noche, o el lunes por la mañana. — Asegura mientras se encoje de hombros y comienza a levantarse de su asiento. — Te llamo esta noche y hablamos un rato ¿Te parece bien?

Yo asiento con la cabeza y le dedico una sonrisa cansada. Mike se acerca y vuelve a sellar su boca con la mía, aunque esta vez el beso es un poco más largo.

— Nos vemos en tres días bombón.

Mike se aleja de mí, saca el móvil y comienza a hacer una llamada. Desaparece por la puerta de la cafetería y yo observo como acelera el paso, como si estuviese conteniéndose por no salir corriendo de aquí. ¿Irá realmente a ver a su familia o ha quedado con otra chica para pasar el fin de semana?

Los secretos de IZAN © EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora