— Ya estaba echándote de menos topi. — Susurra la voz profunda de Izan cerca de mi oído.
Cierro los ojos enérgicamente mientras me muerdo los labios. Si está aquí significa que ya ha terminado su dosis de sexo de la noche, lo que implica que tiene todo el tiempo del mundo para atormentarme. Podría irme. Podría marcharme y dejar a Keyla aquí, podría hacer tiempo en cualquier cafetería o esperar sentada frente a mi dormitorio a que Jessy termine con Luc. De hecho debería hacerlo.
Pero entonces abro los ojos, y me encuentro con la mirada suplicante de Keyla. Trago saliva, exhalo silenciosamente, y me enfundo en la sonrisa más falsa que jamás he mostrado antes de encararlo.
Me giro lentamente, veo su tez bronceada y sus ojos azules que me analizan atentamente. La mirada perpleja e incrédula de Izan vuela de mi sonrisa a mis ojos, su ceño se frunce ligeramente en un claro gesto de incredulidad, y compruebo cómo suelta algo de aire por la boca, como si estuviese sorprendido. Mi actuación ha debido ser más convincente de lo que yo había imaginado.
— Dudo mucho que hayas notado mi ausencia con tantas distracciones a tu alrededor. — Aseguro al mismo tiempo que señalo con la cabeza a las innumerables chicas que hay a nuestro alrededor.
La mirada vulnerable de Izan desaparece, y un brillo malicioso asoma a sus ojos azules. Una sonrisa ladeada aparece lentamente en sus labios, haciendo que uno de sus hoyuelos se marque en su mejilla. Apuesto a que utiliza esa sonrisa para atrapar a las chicas, porque por mucho que odie admitirlo, esa sonrisa es extremadamente cautivadora.
— Nadie consigue distraerme como tú topi.
Un escalofrío recorre mi espalda al escuchar sus palabras, porque la imagen de lo que Izan entiende por distracción viene a mi mente. Los insultos, los desprecios...
Me estremezco.
Su diversión favorita era burlarse de mí en público. ¿Y si comienza a insultarme de nuevo? ¿Y si decide dejarme en ridículo delante de toda esta gente? Necesito mostrarme fuerte, que no vea como alguien débil o estoy perdida.
Aparto la mirada de sus ojos.
— Necesito una copa. — Mascullo antes de dirigirme hacia la zona donde están expuestas todas las botellas y varios vasos de plástico ya preparados.
Como era de esperar, Keyla y Naim aprovechan la tesitura para desaparecer de la fiesta.
Mamones.
La sonrisa de Izan se amplifica.
— ¿Te pongo nerviosa? — Pregunta mientras me sigue.
Emito un bufido.
— Pff por favor no seas absurdo. ¿Por qué ibas a ponerme nerviosa? — Cuestiono. Rezando en silencio porque no se dé cuenta de lo alterada que estoy. La última vez que Izan y yo mantuvimos una conversación sin Keyla delante, todo terminó muy mal para mí.
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Los secretos de IZAN © EDITANDO
RomanceElla es brisa, él fuego, juntos un incendio incontrolable. Ella; marcada por una infancia traumática. Él; devastado por un terrible secreto del pasado. Un odio irresistible, una profunda desconfianza y aun así una pasión arrolladora y una atracción...