Capítulo 49; ¿Cuándo ha pasado?

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MEGAN

Sus palabras resuenan como un eco en mi mente. "Por creerme".

¿Cuánto has sufrido Izan?

Me separo lentamente de él. A pesar de tener los ojos rojos e hinchados, por primera vez en mucho tiempo parece estar en paz.

Me levanto del suelo porque me duele el cuerpo de estar sentada en mitad de la madrugada, con un frío que pela sobre el duro asfalto. Le tiendo las manos a Izan, y él las acepta. Se levanta aparentemente tan entumecido como yo, o puede que incluso más. Parece tan frágil.

-Dame las llaves del coche.

Mis palabras parecen sacarlo de sus pensamientos secretos y aunque no me contesta, por la mirada que me dedica, sé que se niega a brindarme la oportunidad de conducir su coche.

-Izan, sabes tan bien como yo que no estás en condiciones de conducir. Si no quieres hacerlo por ti hazlo por mí. No quiero morir esta noche.

Cierra los ojos unos segundos, suspira y mete la mano en el bolsillo derecho del pantalón para deja las llaves colgando de sus dedos.

-Cuídalo.- Dice a la vez que deja caer las llaves en mi mano.

-En el primer árbol que vea lo estampo.- Bromeo, le guiño un ojo e Izan sonríe, aunque no es una de las sonrisas que me fascinan, es una llena de tristeza y de cansancio.

Se acerca, me da un tierno beso en los labios y nos metemos en el coche.

A los pocos minutos de arrancar Izan cae rendido. Debe estar agotado de tantas emociones. Como no quiero dejarme llevar por el cansancio enciendo la radio a un volumen bajo y la música me ayuda a mantenerme despierta.

Parece ser que somos los únicos que circulamos a estas horas de la noche y para mi sorpresa me encanta. Me ayuda a templar los nervios, porque mentiría si dijera que todo lo que Izan me ha confesado no me ha afectado.

Me siento como si acabara de conocer a la señora Logan. Me cuesta aceptar que la señora que me acogía en su casa cada vez que había problemas en la mía sea la misma que le ha hecho sufrir tanto a Izan.

De repente Keyla aparece en mi mente. He estado tan centrada en Izan que había olvidado a mi mejor amiga. ¿Le habrá contado su padre toda la historia? ¿Estará tan desolada como lo está Izan? No. Como él es imposible. Ella es una adulta y no tiene que ocultarle nada a nadie. Mañana la llamaré.

Mis ojos se desvían de la carretera al chico que duerme a mi vera con la cabeza apoyada en el cristal. Me preocupa. Tengo que conseguir que vaya a terapia, necesita ayuda y por mucho que lo desee yo no puedo ayudarlo. Tiene que ir a un profesional que le ayude a cerrar las heridas, a cicatrizar su pasado.

Ahora lo entiendo todo, sus cambios de humor, sus enfados "sin motivos", su dificultad en confiar en mí... apenas si puedo llegar a imaginar el sufrimiento que ha debido vivir a lo largo de los años. Yo tuve una infancia traumática, pero lo mío era un secreto a voces, yo podía hablarlo. Posiblemente gracias a las innumerables horas de conversación con él y con Keyla no se enquistó.

Los secretos de IZAN © EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora