Capítulo 50; Los polos opuestos se atraen.

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MEGAN

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MEGAN

Izan no para de mover la pierna de arriba abajo, cambia de postura continuamente inclinándose hacia atrás sobre el respaldo de la silla para volver a colocar los codos sobre las rodillas y hundir el rostro entre sus manos. Repite una y otra vez el mismo patrón, y está consiguiendo ponerme nerviosa, pero prefiero no decirle nada, temo que cambie de opinión y salga corriendo de esta sala de espera.

Hace un par de días, después de que Izan tuviera su charla con Keyla, conseguí convencerlo de que necesitaba acudir a un terapeuta. Para ser honesta he de admitir que esperaba encontrar más reticencia por su parte, pero al parecer él ya había llegado a la misma conclusión que yo. Le pedí recomendaciones al señor Funes, mi profesor de psicología de la emoción, y me sugirió a la persona a la que esperamos en este preciso momento.

Keyla estuvo de acuerdo, se mostró bastante comprensiva con todo lo que Izan le contó, y aunque sé que él no ha querido relatarle la historia completa para protegerla, puedo afirmar que el confiarle a su hermana parte de su pesada carga le ha aliviado bastante. Keyla por su parte oscila continuamente entre la preocupación, la furia, el dolor y el sentimiento de traición. No ha querido ponerse aún en contacto con ninguno de sus padres, pero más tarde o más temprano tendrá que hacerlo. Naim está portándose como un campeón con ella y está apoyándola muchísimo a pesar de que él está pasando por algo parecido con la separación de sus padres. Supongo que ambos están tratando de consolarse y de ayudarse mutuamente. Mi amiga no podría haber conocido a ningún chico más íntegro, noble, dulce y cariñoso que Naim. Estoy muy feliz por ella.

Jessy ha conseguido esquivarme estos días y no he sido capaz de hablar con ella. Nuestro último encuentro fue en la cocina de los chicos, cuando me di de bruces con la realidad. No pretendo someterla a un tercer grado ni nada parecido, solo quiero asegurarme que está bien. Supongo que ha debido tener un conflicto bastante fuerte si estando con Luc se sentía atraída por David. No ha debido ser sencillo para ella terminar una relación de tres años. Supongo que David tenía razón, he estado tan cegada con Izan que no me he dado cuenta de lo obvio. Estos días mientras hacía memoria repasando mentalmente cada pequeño detalle me he dado cuenta de que esto era algo completamente previsible para todo aquel que hubiese prestado un poco de atención. Recuerdo la noche de los chupitos, mientras yo estaba orbitando alrededor de Izan, Jessy y David no paraban de intercambiar miradas extrañas y cada vez que tenían oportunidad terminaban los dos solos hablando, recuerdo que aquella noche precisamente mi compañera no vino a dormir a nuestra habitación, supuse que estaba con Luc, ahora tengo mis dudas. La noche de Halloween viene a mi mente, ahora recuerdo el brillo de furia que había en los ojos de David mientras observaba a Jessy bailando con Luc que se presentó por sorpresa...y mil detalles más que habían pasado completamente desapercibidos para mí pero que ahora los veo con una claridad pasmosa.

Vuelvo a la realidad de golpe cuando la puerta que está a nuestra izquierda se abre y noto cómo el cuerpo de Izan se tensa por completo. Una mujer joven, alta y con el pelo liso a la altura de la barbillas aparece frente a nosotros. Sus ojos serenos y amables se centran en Izan y le muestra una sonrisa afable a la vez que le habla.

Los secretos de IZAN © EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora