—Lo lamento.
Las manos de Grecia se cerraron en puños, parpadeó tratando de controlar las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
—Grecia, dime qué fue lo que pasó realmente cielo —pidió el señor Altamira.
—Yo estaba ordenando los libros en la estantería, Lucrecia llegó y comenzó a molestarme, yo no le hice nada, se lo juro.
—Te creo cariño —el señor Altamira se sonrió desde el otro lado del escritorio de madera tallada—. Sé que no eres una chica problemática, pero debiste haberme llamado, no debiste dejar que Carolina golpeara a esa chica.
—Intenté detenerla, pero me fue imposible, ellos me empujaron al suelo y no dejaron que me levantara.
—Lamento que pasaras por eso.
— ¿Va a despedirme? —preguntó temerosa.
—No. Eso no va a suceder.
—Gracias señor Altamira. Le prometo que esto no va a volver a suceder y pagaré los daños ocasionados.
—Eso no tiene importancia cariño, no te preocupes por eso.
—Pero...
—Yo me encargo de todo, ahora ve a tu casa y date un baño.
—Gracias, de nuevo.
El hombre solo le sonrió en respuesta. Salió del despacho y fue en busca de sus cosas para ir a su casa, quería quitarse lo pegajoso de la malteada y, sobre todo, la crema del pastel que tenía en el cabello.
Lo sucedido no tardaría en llegar a oídos de su familia, necesitaba esa ducha antes de que sus padres llamaran para citarla en su casa. Refrescar su mente y prepararse para lo que se le venía encima, sobre todo si Vilna iba a estar presente, nunca se sabía si su hermana estaría a su favor o en su contra, aunque ella apostaría a lo segundo. Vilna era complicada y malvada, tanto que ella siempre había sentido miedo hacia ella cuando estaba de mal humor.
No podía recordar un solo momento de felicidad con su hermana, las cosas siempre terminaban mal para Grecia, sobre todo, cuando se trataba de chicos.
Una sola ocasión fue capaz de sostener una conversación con Vilna sin que esta llegara a herirla de sobremanera.
Dudaba que su hermana le tuviera un poco de cariño, bastaba con ver la forma en que la miraba y la manera en la que le hablaba; y si le llamaba, solo significaba una cosa: que necesitaba ayuda.
Grecia aún tenía la cicatriz en su abdomen; un recuerdo que Vilna le había dejado para que no se acercara nunca a sus conquistas, aquella vez casi le arrebata la vida. Todo había comenzado por el hecho de que encontró a su novio conversando con ella; Vilna había enloquecido, y en su discusión, tomó el tenedor y se lo clavó a Grecia en el abdomen, de no haber sido por Heracles y su abuela, ella estaría ahora en otro mundo.
—¿A dónde vas Peppa? —Rubén le bloqueó el paso—. Miren chicos, me encontré a Peppa Pig.
—Rubén... —comenzó, pero inmediatamente sintió que estaba perdida.
—¡Maldita ballena! —Espetó Enrique Cardona, otro más del grupo de amigos de Lucrecia y Damiana.
—¿Qué es lo que haces Peppa? —Su cabello fue jalado—. ¿No te das cuenta que no soportamos verte?
—Eres un desperfecto, arruinas la imagen de esta ciudad.
—Maldita...
—Imbécil...
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TKO [Knockout Técnico]© |TERMINADA|
Storie d'amore*Historia GANADORA del 1er Lugar de los Crazy Writer Awards 2017* *Historia GANADORA del 1er Lugar de los Scarlett Awards 2019* 💔🥊 HAY HERIDAS QUE SE CURAN 💔🥊 Fuerte, austero, frío, calculador, prepotente y ardientemente sexy. Su nombre es Adam...