*10 Años Antes*
—¿Aún no sabes qué hacer con eso? —La suave voz de Armana Martinelli llegó desde la puerta de entrada.
—Quiero intentar esconderlo hasta que papá llegue, presiento que le va a gustar mucho —respondió la niña de cabello rubio y ojos avellanas.
—Cariño, no quiero que te ilusiones —aconsejó la mujer, caminando hacia la cama y tomando la fotografía del buró.
—Abuela, ¿por qué papá siempre se molesta conmigo?
—Grecia, cariño; tu padre se molesta con todos.
—Conmigo siempre es peor, todo el tiempo me regaña, incluso por cosas que no he hecho. A veces siento que no me quiere.
—Tu padre es un hombre anticuado —la mujer sonrió, levantando a la pequeña y sentándola en sus piernas—. Pero te quiere. ¿Cómo no va a quererte si eres su hija? Mi pequeña florecita.
—Algún día dejará de gritarme, eso lo sé abuela.
—Por supuesto mi princesa —murmuró, apretando un poco más a la pequeña—. Algún día mi florecita... algún día.
Armana Martinelli era la cabeza de la familia. Una mujer con un temperamento temerario en una sala de juntas, pero con un enorme corazón de oro para todos aquellos que la rodeaban.
Aunque la mujer fuese importante y tuviera una fortuna inigualable, ella siempre era humilde, ayudaba a los necesitados y no le importaba la clase social a la que pertenecieras.
Para ella, su prioridad era la familia, su único hijo y sus nietos; de los cuales, sus favoritos eran Heracles y Grecia.
Asimilar que su hijo no era cómo lo había sido su padre, fue un golpe duro. Sabía que lo único que le interesaba a Georgio Martinelli era la fortuna de su familia, no le importaba otra cosa que no fuese el dinero. Manejaba la empresa con puño de hierro y no permitía que nadie metiese las narices en sus asuntos. Cierto que gracias a ello Martinelli Petrochemical Company producía millones de pesos al mes, y también generaba puestos de trabajo para personas, sin embargo, el sueño de Armana era que su hijo fuese más humilde y más solidario con los empleados, y que se tomara un poco de tiempo libre para su familia.
La llegada de Grecia Ysabelle trajo a su vida grandes esperanzas, grandes promesas.
Armana conocía el secreto detrás de su nieta pequeña, conocía las razones del por qué su hijo era cruel con ella. Grecia no había sido planeada, por lo que su hijo y su esposa, habían decidido terminar con la vida de la pequeña, antes de que fuese demasiado tarde; Armana no lo permitió.
Miró a su nieta, quién se había quedado dormida y le besó la cien. La niña se removió en sus brazos y volvió a acomodarse en ellos.
—No dejaré que nadie te haga daño mi pequeña florecilla. No permitiré que sufras cariño, no lo permitiré.
Se levantó con la pequeña en brazos y la depositó con mucho cuidado en la cama, la arropó y depositó un beso de buenas noches en su regordeta mejilla.
—¡Grecia! —El grito provenía del piso inferior—. ¡Grecia, baja ahora mismo!
Los pasos resonaron en el pasillo segundos después, y la puerta fue abierta de par en par.
—¡Grecia! —El hombre castaño echaba espuma por la boca y sus ojos querían salirse de sus órbitas.
La pequeña se despertó al instante, sentándose en la cama y restregando sus ojos, ahogando un bostezo.
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TKO [Knockout Técnico]© |TERMINADA|
Romance*Historia GANADORA del 1er Lugar de los Crazy Writer Awards 2017* *Historia GANADORA del 1er Lugar de los Scarlett Awards 2019* 💔🥊 HAY HERIDAS QUE SE CURAN 💔🥊 Fuerte, austero, frío, calculador, prepotente y ardientemente sexy. Su nombre es Adam...