Capítulo 18 | LO CREAS O NO

5K 429 237
                                    

Adam deslizó sus brazos por la cintura de Grecia, apretándola más contra su cuerpo.

Mierda. Aquello no era suficiente, él necesitaba sentirla mucho más cerca, necesitaba fundirse con ella. Entonces, Grecia pareció recobrar el sentido y se alejó de él, sus ojos estaban brillosos y sus labios hinchados.

—¿Por qué haces esto? —preguntó, dando un paso más hacia atrás.

—No puedo creer que no te des cuenta Grecia —murmuró él, acercándose a ella lentamente.

—Adam... —lo detuvo a escasos centímetros de ella, colocando una mano en su pecho, sintiendo su calor traspasar la tela de su camiseta.

—Mírame Grecia —pidió, tomando su barbilla, haciendo que ella lo mirara fijamente a los ojos—. ¿Puedes verlo? ¿Puedes ver lo que causas en mí?

Adam pidió y rezó una plegaria mentalmente para que la chica que tenía delante de él se diera cuenta que lo tenía hecho un completo imbécil.

—Por favor —susurró ella, al cabo de unos segundos—. Adam, no sigas con esto, te lo suplico.

—Me gustas Grecia —dijo, deslizando su brazo por la cintura de ella, pegándola más a su cuerpo—. Me tienes hecho un jodido idiota y no puedo creer que no te des cuenta.

—¿Por qué? —preguntó, provocando que Adam la mirara confuso.

—¿Qué?

—¿Por qué te gusto?

—¿De verdad no te has dado cuenta? —inquirió, aprisionándola contra la pared más cercana—. Cielo, toda tu eres hermosa, desde la punta de tus pies hasta la raíz de tu cabello y más allá, tu personalidad y el corazón tan grande que posees.

—Adam... Yo también te quiero —dijo, provocando que el corazón del chico se saltara un latido—, eres mi mejor amigo y te quiero como tal —prosiguió—. Te quiero y te querré siempre, pero solo podemos ser amigos.

Adam sintió como su corazón se hacía mil pedazos, incluso, podía jurar que escuchó el "crash" que hizo al romperse; sus barreras que se habían derribado minutos atrás se convirtieron en lava ardiente y destrozaron las cadenas que mantenían seguro a su pobre corazón.

Dio un paso hacia atrás, alejándose de Grecia. La miró fijamente, tomó aire y lo expulsó lentamente, empuñando las manos a su costado; asintió con la cabeza y, haciendo acopio de la poca fuerza que le quedaba, cerró los ojos y mentalmente, juntó los pedazos de su corazón, levantó de nuevo las paredes a su alrededor y colocó las cadenas. Abriendo lentamente los ojos, clavó su mirada en la de Grecia, volviendo a su actitud fría y ególatra.

—Amigos —dijo, con la voz ronca, esbozando la sonrisa más normal que pudo poner en ese momento—. Entonces eso será, olvida lo que te he dicho Grecia, te aseguro que jamás volverás a escuchar nada de eso salir de mi boca nuevamente, si lo único que quieres de mí es mi amistad, es eso lo que obtendrás —aseguró, tomando nuevamente la maleta de deporte y dando media vuelta, salió de la habitación, dejando a Grecia allí con una expresión de asombro.

🔨🌇

—FI-ES-TA —gritó Mauricio, por sobre el volumen de la música.

—Ya basta, has tomado demasiado esta noche —dijo Adam, mirando a su amigo tambalearse de un lado a otro.

—No seas aguafiestas —hipó el chico, rodeando el cuello de su amigo con uno de sus brazos—. Estamos festejando que he dejado de ser el idiota más idiota de la ciudad, ¿te imaginas cómo hubiera terminado si no la descubro?

TKO [Knockout Técnico]© |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora