TKO [Knockout Técnico]© |TERMINADA|

Capítulo 21 | COMPROMISO

—He hecho los cambios que me has pedido, así que el nuevo contrato estará listo en un par de días —informó Aiden, mientras corría a la par con Adam.

Un mes atrás, había firmado contrato con Golden Men, un equipo que durante años había entrenado a los mejores luchadores de la UFC. Adam decidió que les daría una oportunidad, trabajaría con ellos y si le gustaba su forma de entrenar, entonces firmaría un contrato de tres años con ellos.

Resultó que, no solo le había gustado la forma de entrenar, si no que conocía a varios miembros del equipo, pues algunos habían trabajado con Philip, el que había sido su entrenador durante sus días de gloria.

—Me alegra escuchar eso —dijo, deteniéndose para tomar un poco de agua.

—Ayer hablé con Mauricio —murmuró Aiden, esperando la reacción de Adam.

—¿Y qué tal está?

—Bien, dice que no puede esperar a verte este fin de semana, que ya tiene las maletas hechas para venir aquí.

—¿Ya le has enviado los boletos?

—Lo hice desde la semana pasada —dijo, con una mueca—. También he reservado sus asientos.

—¿Sus?

—El de Mauricio y tus hermanas; y por supuesto, también el mío.

—Bien. Por cierto, hay algo que he querido preguntarte desde hace semanas.

—¿Qué?

—¿Cuándo pensabas decirme que tú y mi hermana habían finalizado la relación?

—Adam... yo... Bueno, yo tengo la esperanza de que todo se arregle, por eso no había querido decirte nada.

Tres meses, habían pasado ya tres meses desde que había abandonado Bahía Azul y la esperanza de tener un futuro con Grecia. Sin embargo, eso no lo ayudaba a sacarla de su mente.

Desde su regreso a Nueva York, su padre le había estado pidiendo que retomara la presidencia de la compañía, pero él siempre le respondía que no le quitaría la oportunidad a su hermana.

Aiden y Alena habían tenido muchos problemas, lo que acabó por romper su relación, Adam lamentaba tanto ese hecho, ya que nada lo hacía más feliz que saber que su hermana tenía a un buen hombre a su lado.

Miró a su amigo y un nudo se formó en la boca de su estómago, la cara de Aiden era de puro dolor y sufrimiento, él sabía que estaba muriendo... Una muerte lenta y dolorosa.

—Aiden...

—Estoy bien, Adam. Mejor que ayer.

—Oye, si crees que necesitas tiempo, puedes tomártelo, probablemente llame a Jeremy, estoy seguro de que tomaría el primer vuelo y lo tendría aquí en menos de lo que canta un gallo.

—Necesito la distracción que me ofrece el trabajo, si me quedo en casa, voy a terminar volviéndome loco.

—¿Vas a decirme lo que pasó? —preguntó, mirando a su amigo.

—Adam, dame tiempo... yo aún estoy tratando de procesar lo ocurrido.

—Estoy seguro de que sea lo que sea, va a arreglarse pronto —dijo, apretando el hombro de Aiden.

—Uhmm —bufó, desviando su mirada hacia el otro lado de la acera—. Debo irme, justo ahora, no estoy de humor para soportar una escena maquiavélica.

Adam se sorprendió ante las palabras de su amigo y se quedó con la vista fija en su espalda mientras tomaba la dirección contraria y se marchaba.