Capítulo 38 | DESINHIBIDA

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¿Una invitación a almorzar? Adam no podía creer que después de lo sucedido, su madre le llamara para invitarlo a él y a Grecia a un almuerzo. Algo debía estar planeando, conocía a su madre a la perfección. Mizuno Taylor era una mujer a la cuál había que temerle.

—¿Irás? —preguntó Aiden, deteniéndose a medio camino para tomar un poco de agua.

—No lo sé —respondió, un muy confundido y asombrado Adam.

—No creo que sea buena idea exponer a Grecia de nueva cuenta, tu madre ya ha dejado muy en claro que no la quiere.

—Ya me he dado cuenta —comentó, mientras se quitaba la sudadera—. No quiero alejarme de mi familia, pero tampoco estoy dispuesto a perder a la mujer que amo.

—Sabes, jamás pensé que volvería a escucharte hablar así.

Adam sonrió. —Yo tampoco creí volverme a enamorar, pero mírame, parezco un estúpido atolondrado.

La risa brotó desde lo más profundo de Aiden, pero se borró casi al mismo tiempo, Adam miró sobre su hombro y vio el motivo por el cuál su amigo había cambiado de expresión.

—Adam, ¿crees que podamos hablar a solas por unos minutos?

Lauren Roth estaba delante de él, luciendo entre molesta e irritada, su sonrisa de víbora no había cambiado ni un poco.

—No veo de qué podríamos hablar tu y yo —respondió, al mismo tiempo que llevaba la botella de Gatorade a su boca.

—Oh, créeme, tenemos mucho de qué hablar.

—¿No te cansas de amargar la vida, cierto Lauren? —el desprecio era palpable en la voz de Aiden—. Sigues siendo una desgraciada.

—No es tu asunto —espetó la mujer—. Solo quiero unos minutos Adam.

Aiden miró a su amigo y soltó un bufido. —Recuerda que tienes una mujer encantadora esperándote en casa —dijo, antes de dar la media vuelta y desaparecer.

Suspiró y vio a Aiden alejándose.

—¿De qué quieres hablar? —rechinó.

—¿Es verdad lo que dijo tu madre? —preguntó, molesta.

—Depende de a qué te refieres, mi madre ha dicho muchas cosas desde que aprendió a hablar.

—No te hagas el gracioso conmigo, sabes bien que me refiero a lo del compromiso.

—Ah, pues... Sí, me casaré pronto.

Ella lo miró con expresión desencajada. —No puedes estar hablando enserio.

—No sé por qué te sorprende tanto Lauren. ¿Pensabas que jamás superaría tu traición? ¿Que me quedaría solo por el resto de mi vida?

—Adam... Sé que cometí un error, pero ya te pedí perdón, creí que tal vez tu y yo...

—¿Creíste que volvería contigo? ¡Qué estupidez!

—Pero...

—Yo no recojo la basura que tiré desde hace tiempo.

Ella torció el gesto. —Sé que no la amas, no puedes amarla.

Él sonrió y colocándose la gorra de los Red Sox, giró sobre sus talones y se alejó, dejándola con la palabra en la boca.

Subiéndose al auto, dejó salir al aire que había estado conteniendo, la invitación de su madre seguía dando vueltas en su cabeza; no quería presionar a Grecia, pero tampoco quería alejarse de su familia por segunda vez.

TKO [Knockout Técnico]© |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora