Capítulo 20 | DE VIAJE

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Adam estaba desesperado y casi al borde de un colapso nervioso.

—No puedes estar jodidamente hablando enserio —exclamó—. ¿Dónde está Grecia? —preguntó con un grito.

—Creí que estaba contigo —dijo Heracles, mirándolo fijamente—. Solo me dejó esta nota en el buzón hace dos días, creí que se había ido contigo.

—¡Y una mierda! —gritó, preso de la desesperación.

—Vamos a tranquilizarnos —aconsejó Mauricio, viendo cómo ambos hombres estaban al borde de la locura—. Tenemos que pensar con la cabeza fría, probablemente Grecia solo salió por un par de días.

—¿Y a dónde pudo haber ido? —preguntó Carolina.

—Y yo qué voy a saber, tú eres su mejor amiga —señaló Heracles—. Se supone que se cuentan todo.

—Pues no todo, además tú eres su hermano —contraatacó, señalándolo con el dedo—, tú debes conocerla mejor que todos nosotros.

—No tengo ni puta idea de dónde pueda estar —expresó.

—Ya le he enviado varios mensajes de texto y también le he llamado, pero no ha respondido —informó Leonardo.

Adam se desplomó en la acera, intentando recordar algo que le dijera dónde estaba Grecia, tenía que encontrarla antes de terminar perdiendo la poca cordura que le quedaba.

Los chicos seguían discutiendo sobre la desaparición de su regordeta amiga, él, sin embargo, tenía una sensación de angustia y pérdida, si ella había desaparecido sin decir una sola palabra, solo podía significar una cosa; Grecia estaba huyendo de él, alejándose de sus intenciones amorosas. Aquel pensamiento le rompía el alma. Creía que era un completo idiota por tan siquiera llegar a pensar que ella le correspondería de la misma manera; Grecia le había demostrado que, pese a todo, ella lo consideraba solo como un amigo; ese al que le puede contar sus más profundos secretos, ella jamás lo vería como algo más y, aquello no hacía más que sal a la herida.

—¿Estás bien? —preguntó Carolina, sentándose al lado de él.

Tan sumido estaba en sus pensamientos que ni siquiera la vio acercarse. —Dentro de lo que cabe —murmuró.

—Ella va a aparecer Adam, solo tienes que darle un poco de espacio y tiempo.

—¿Sabes que justamente ayer le vomité todos mis sentimientos? —preguntó.

Carolina lo miró fijamente y le sonrió. —Entonces por eso ha desaparecido —expresó.

—¿Desapareció porque le dije que la amo?

—Adam, tienes que entenderlo; una chica como Grecia, necesita espacio para poder procesar todas y cada una de las palabras que salieron de tu boca.

—Procesarlas —repitió, en voz tan baja que Carolina apenas pudo escucharlo—. Ella no me ama —afirmó, sonando tan seguro de aquellas palabras.

—No pienses eso, ella te quiere Adam.

—Pero no de la manera en que yo quiero que lo haga. Para Grecia solo seré un amigo, uno al que ella puede recurrir cada vez que sienta que el mundo se le cae encima.

—No. No es así.

Con una idea rondando por su cabeza, se puso de pie y miró a la morena que aún continuaba sentada en la banca con una expresión de súplica adornando sus hermosas facciones. —Ella volverá —dijo, mirando a Carolina—. Pero yo no estaré aquí para presenciar su regreso, no puedo y jamás podré con su rechazo. Es demasiado para mí, es incluso mucho peor que la traición de Lauren.

TKO [Knockout Técnico]© |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora