Capítulo 17 | KNOCKOUT

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—Mierda —Adam sentía que la cabeza le iba a estallar en cualquier momento.

Parpadeó un par de veces antes de abrir los ojos por completo y observar con desconcierto todo a su alrededor. Se sentó en la cama, dejando a sus pies colgar en el borde, dio un brinco cuando sintió algo removerse debajo de sus pies descalzos.

—¿Homer? —murmuró, mirando al cachorro que lamía sus dedos.

Abriendo los ojos con concientización de lo ocurrido la noche pasada, se levantó de la cama y salió de la habitación caminando torpemente por el pasillo hacia la pequeña sala. Se detuvo cuando vio a Grecia durmiendo en el sofá de dos plazas frente al televisor que, continuaba encendido, probablemente desde la noche anterior.

Caminó hacia a ella, sus ojos la escudriñaron desde la cabeza hasta los pies, estaba profundamente dormida, sus labios se encontraban entreabiertos; Adam no pudo evitar recordar lo sucedido la noche anterior.

Cierto que había estado ebrio, pero no era idiota, por más intoxicado que se encontrara, siempre podía recordar lo que hacía; sus momentos de lucidez siempre tendían a ser durante las mañanas, cuando se despertaba con una resaca del tamaño del mundo.

El cuerpo envuelto en una sábana de color gris se removió, anunciando el fin de sus sueños.

—Mierda —masculló, mientras corría de nuevo a la habitación.

Se metió nuevamente a la cama y cerró los ojos, no quería que Grecia lo sacara a patadas de su departamento por haberse aprovechado de ella la noche anterior.

La puerta de la habitación fue abierta segundos más tarde. Grecia caminó de puntillas hacia el baño y cerró la puerta. Adam sonrió al verla caminar tan sigilosamente por la habitación, solo para no despertarlo. Esa chica sí que sabía como ser cuidadosa, le gustaba la idea de tenerla alrededor, como si fuesen más que amigos.

Estar allí, en el territorio de ella, era lo que lo hacía sentirse maravillosamente feliz, Grecia no solo se había convertido en la persona más importante en su vida, no; ella era lo más hermoso que alguna vez podría llegar a tener.

Volvió a hacerse el dormido cuando el agua de la ducha dejó de escucharse, Grecia tardó al menos diez minutos en salir, vestida con un short escandalosamente corto y una blusa blanca. Antes de salir de la habitación, se acercó a la cama y lo contempló por unos minutos; su aroma a frambuesa se coló por su nariz y le provocó un nudo en el estómago.

Deseaba con todo su ser tomarla por el cuello y reclamar su boca, deseaba poder hacerla sentir la mujer más hermosa del mundo, demostrarle que era tanta su belleza que lo tenía estúpidamente idiotizado. Sin embargo, respiró profundamente y se dio la vuelta en la cama. Ella se apartó de él con una expresión asustada y salió de la habitación.

Treinta minutos después, Adam salió al pasillo restregándose la cara y luciendo como si un tren le hubiese pasado por encima.

Sus ojos se abrieron con sorpresa al encontrarse a una chica de aspecto exuberante frente a él.

—No me jodas —exclamó la desconocida.

Sus ojos lo recorrieron entero, desde la cabeza hasta los pies y viceversa, su mirada se volvió la de un depredador que acaba de encontrar su nueva presa; y sí, conocía esa mirada porque era la que él solía utilizar para llevarse a la cama a una mujer.

De repente se sintió incómodo y regresó a la habitación, sintiéndose como un trozo de carne que no valía nada. Se puso la camiseta, cogió sus zapatos, las llaves de su departamento, su cartera y salió con un poco de miedo, intentando no encontrarse de nuevo con la desconocida que lo había violado con la mirada.

TKO [Knockout Técnico]© |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora