Frente a mis ojos hay un hermoso lago cristalino, las flores de colores, mariposas y árboles lo rodean haciendolo un lugar hermoso y perfecto.
-Es hermoso, Jeff ¿Cómo encontraste esto?-suelto su mano, corro mientras suelto pequeñas risita. Estoy feliz. Nunca había visto algo tan hermoso.
-Pasaba por aquí cuando estaba aburrido, me senté y ahora vengo aquí cada que estoy muy enojado y me relajo-encoge sus hombros, restándole importancia. Me tiro al suelo entre las flores, me cubren la cara y el cuerpo.
-Mierda esto es asombroso, Ven Jeff-me siento, el ríe y se acerca a mi.
-¿De que te ríes?-le pregunto sonriente.
-De tu pelo, querida-se sienta en una roca pequeña que hay a mi lado y quita una flor de mi cabello. Me río al igual que él. Se acerca a mi y me besa lentamente, pongo mis manos en su cuello. Esto ya se hizo una costumbre tanto cómo a Jeff cómo a mi.
-Oh Jeff- gimo, él gruñe. Toma mi cintura y lentamente me levanta y me sienta arriba de él. Mueve su cadera hacia delante haciéndome gemir al sentir su dura erección en mi entrepierna.
-Vamos a bañarnos, muñeca-susurra dando pequeños besos a mis labios mientras dice cada palabra.
-Si-mi voz es apenas un susurro muy poco audible. Sin dejar de besarnos caminamos y nos desnudamos mientras llegamos al lago. No se si esto está bien, pero vale la pena intentar y experimentar en la vida. Aún no entramos al lago simplemente nos quedamos desnudos besándonos, bajo mis manos desde su cuello hasta su pecho blanco, fuerte y frío. Gruñe.
Dios cómo me prende que me toque. Sus manos acarician mi cintura y pechos de arriba a bajo. Es delicioso.