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Viernes 14 de julio, por la tarde

Papá me devolvió parte de mi mesada. Aun así­, conseguí­ una pasantía paga en una consultora de comercio internacional y estaba feliz por ello.

Mis padres habían insistido en el pasado en que no trabajara, sólo me concentrara en el estudio...y lo habí­a hecho pero no pensaba hacerlo nuevamente. No iba a pasar por lo mismo dos veces.

Fernando odia a Lorenzo tanto como yo, deja el pasillo de su piso al igual que el ascensor hecho un desastre cada noche, por lo tanto pasábamos las tardes hablando mal de él, era alguna clase de catarsis.

Se lo merecía.

—¿Sabes? Conozco a unos muchachos a los que no les molestarí­a darle un buen susto.

—¿Con qué clase de gente hablas, Fer?

Chasquea la lengua... no le gusta hablar de sus amistades.

—¿Te interesa o no?

—Sólo un pequeño susto.

EnlazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora