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Sábado 6 de enero, por la noche

Lorenzo pasa por mí cuando el reloj marca las nueve de la noche. Lleva un traje negro y una barba incipiente.

Luce candente.

No puedo evitar pensar en que soy una chica afortunada. Lorenzo tiene los genes de un modelo y yo soy sólo una chica normal, quizás por encima del promedio, pero normal al fin y al cabo, sin embargo, de alguna forma acabamos juntos.

—Te ves preciosa, bruja.

Sonrío ante sus palabras y beso sus labios, lentamente.

—Te ves caliente –admito y suelta una sonora carcajada.

Amo su risa, sin lugar a dudas.


EnlazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora