Lunes 31 de julio, por el mediodÃa
Llego a casa luego del trabajo, subo al ascensor y marco mi piso. Salgo cuando se abren las puertas y camino hasta casa, ansío cambiarme y colocarme mi pijama. De ser posible, no volver a salir en lo que resta de día.
—¿Qué haces aquí?
Es Lorenzo.
—Tengo hambre.
—Pues me alegro.
Sonríe, sin perder el humor pese a mi malhumor.
Le doy un punto por no rendirse fácilmente.
—Cocinas bien.
—Cocino para mí.
—Te pagaré.
Lo pienso.
Es un buen trato, siempre me sobra comida pues no sé calcular para una única persona.
—No hagas más fiestas.
—¿Me cocinarás a diario?
—Tres veces a la semana.
Lo piensa.
Extiende su mano. La tomo.
Necesito el dinero.
Necesito que paren las fiestas.
—Es un trato.

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Enlazados
NouvellesValentina y Lorenzo viven en el mismo edificio, uno sobre el otro. Su relación comenzó con el pie izquierdo desde el día en que él se mudó. Valentina se encuentra en el último año de su carrera universitaria, tiene el mejor promedio de su promoció...