Un par de copas

510 54 27
                                    


Roy Focker tenía a su cargo a dos de los equipos más bajos de la academia Garrison, pero con la llegada del nuevo profesor Shirogane Takashi, le habían dado al novato prodigio el equipo más bajo, así como el equipo más alto, sabía que eso se debía a una presión ocasionada por los miembros más celosos de la junta directiva que querían dejar mal al alabado novato, pero para él resultó tener menos trabajo del usual.

El equipo actual no era el mejor equipo que había tenido, pero tampoco el peor, más aún así no consideraba que fuera posible que lograran destacar en la próxima exhibición, pero siendo novatos y a un mes de haber ingresado, nadie esperaba que ninguno de ellos resaltara en realidad.

Al final del día podía librarse de sus obligaciones más temprano de lo acostumbrado e ir a su lugar favorito: el bar de enfrente. A solo unos cuantos minutos de la academia había un bar, los profesores solían visitarlo con frecuencia para asegurarse que ningún alumno tuviera la brillante idea de manchar el nombre de la academia en una taberna de mala muerte, pero para Roy Focker vigilar a los alumnos era solo una excusa para visitar el lugar y era bien conocido por su gusto por el alcohol, ni siquiera se molestaba en disimularlo, aunque aun así debía cumplir cierto papel frente a la junta, por lo que cada que visitaba el lugar daba una hojeada rápida antes de dirigirse a la barra.

Roy también sabía que había ciertos estudiantes que se creían demasiado listos para escapar de sus vigilantes ojos, pero de esos se encargaba de otra forma, por lo cual lo tomó totalmente desprevenido ver el claro color del uniforme de la academia en la barra al entrar en el lugar.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó en el desdeñoso tono que usaba para intimidar alumnos pero, para su mayor sorpresa, la persona frente a la barra no era un alumno.

— Comandante Focker, señor.

— Deja las formalidades Takashi ¿qué haces aquí?

Roy Focker conocía muy bien a Shiro, había sido su alumno cuando formaba parte de la academia, un prometedor piloto con unas aptas cualidades para cualquier cosa que se propusiera, muy por el contrario de...., en realidad no quería pensar en ello.

— Debió haberte pasado algo muy impactante si es que terminaste aquí antes que yo — bromeó el rubio de forma irónica viendo los tres pequeños vasos que el joven instructor tenía en frente.

— Tuve un día pesado, es todo.

Shiro no tenía ganas de hablar, en realidad no sabía si podía hablar de aquello que le atormentaba así que había ido a beber unos tragos pensando que quizá el alcohol le ayudara a pasar el trago amargo que sus pensamientos cargaban, pero no esperaba que Roy Focker estuviera ahí, aunque no era de extrañar, hubiera sido más extraño en realidad si el comandante Focker no estuviera en el bar una noche de viernes.

— ¿Ya sientes la presión? Aún faltan dos semanas para la exhibición. Tus grupos no pueden estar tan mal — trató de consolarlo el rubio mientras pedía dos vasos de whiskey al cantinero.

— Son competitivos, pero no es lo que me preocupa — confesó el joven, tal vez era el alcohol, pero pensó por un momento que quizá su antiguo maestro podría ayudarlo con su predicamento — Comandante Focker...

— ­ Llámame Roy.

— Claro, Roy. ¿Tú te has visto involucrado con alumnas de la escuela no es así?

Roy se tomó su tiempo para contestar, mientras tomaba uno tras otro los vasos recién servidos por el cantinero, dejó que el licor se deslizara por su garganta y sintió el calor reconfortar su cuerpo antes de soltar una exclamación de gusto ante el sabor de aquella bebida.

Garrison ProudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora