!Fuera!

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Para entrar a la academia Galaxy Garrison se tenía que enviar un currículo con las calificaciones del alumno, por sí mismo era difícil acceder a los elegidos para el examen de admisión, y aún más complicado acceder al examen práctico.

Pidge sabía que su apellido pudo haberle ayudado a acceder al examen escrito pero, aunque su apellido no era usual, ella aún quería darse algo de crédito. Había cursado cientos de clases extra para tener un currículo impresionante y el día que su carta de admisión entro junto con el correo se emocionó pero no le dijo nada a su familia antes de que llegara el llamado para el examen práctico.

Cuando la chica le dijo a sus padres acerca de ello se veían más orgullosos de lo que la joven jamás los había visto y ella esperaba no decepcionarlos; para su mala fortuna eso fue lo primero que hizo en el mismo examen práctico.

No recordaba sentirse tan nerviosa como el día en que la respuesta de la academia llegó a su casa pero incluso aquellos momentos no se comparaba con lo que sentía esa fresca mañana casi dos meses después.

La mañana era tan fresca que antes de salir había decidido ponerse la chaqueta de Keith antes de salir, tenía otros motivos también pero de eso se preocuparía después. Tomó un desabrido desayuno con Lance y Hunk y después habían ido a la presentación de los embajadores; todos los alumnos habían sido convocados a ello pero pocos alumnos de primer año habían asistido.

Por más que buscó con la mirada no pudo ver a Keith o a las chicas del equipo alpha en ningún lado, Pidge quería hablar con el chico antes de entrar a la pista pero parecía que tendría que pasar de ello.

— De seguro están dando ajustes de último momento a su nave — murmuraba Hunk durante el discurso de bienvenida de Dos Santos.

— ¿No deberíamos hacer lo mismo? — Lance también lucía nervioso y no dejaba de ver el reloj.

— Claro que no. Nosotros no necesitamos ajustes de último minuto, nuestra nave no podría estar más lista.

La confianza de Hunk, que por lo general era un chico muy nervioso, le daba tranquilidad a sus compañeros que no manejaban tan bien los nervios. Pasaron el resto de la presentación viendo a sus compañeros de reojo, perdiéndose por completo las palabras de su director y las caras de los famosos embajadores a los que, en algunos casos, sus compañeros de niveles altos vitoreaban.

Cuando sonó el disparo que indicaba que debían regresar a sus actividades todos los estudiantes de primer año salieron disparados hacia sus talleres, pero una vez más Hunk detuvo a sus compañeros antes de que se lanzaran en su persecución.

— Si no se calman, no podrán conducir de forma apropiada. Si queremos ganar ambos necesitan calmarse y mantener la mente fría.

—Ese es un muy buen consejo, Hunk.

La voz de Shiro llegó a los jóvenes cadetes desde el otro lado del pasillo que de inmediato se giraron y vieron a su instructor acercarse junto al Mayor Holt.

— ¡Papá! —Pidge de forma usual se lanzó a los brazos de su padre a modo de saludo aunque por un momento le pareció ver que Shiro, creyendo que se lanzaba a sus brazos, había intentado atraparla pero cuando levantó la mirada él se encontraba cruzado de brazos aunque su rostro parecía un poco más rojo que lo acostumbrado —. ¿Qué hacen aquí?

— Vinimos a desearles buena suerte — respondió el orgulloso padre mientras mirada a su pequeña hija con un especial brillo en los ojos —. Deslúmbralos, Katie.

La chica asintió con una cómplice sonrisa a su padre, solo estaba segura de una cosa y es que no volvería a fallarle a su padre.

— ¿Esa es la chaqueta de Keith? — La pregunta de Shiro salió de la nada, incluso pareció que ni el mismo se dio cuenta de lo que preguntó hasta que estuvo fuera de su boca y todas las miradas se quedaron en él.

Garrison ProudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora