Garrison Proud

Sentimientos sinceros.

La escena resultaba algo cómica a la vista de las miradas curiosas que de forma ocasional se asomaban por la ventana. Los tres jóvenes cadetes estaban parados lo más recto que podían, más después de 20 minutos resultaba algo difícil. Su tutor estaba sentado en el escritorio frente a ellos pasmado, sus manos paseaban de diferentes lugares de su rostro, a su cabello, su nuca y la hoja en frente de él, apenas había mencionado palabra desde que un chico le había entregado aquel aviso 25 minutos antes.

— Shiro, si nos vas a gritar hazlo — pidió suplicante el piloto del equipo con las piernas temblorosas —, después de las pruebas físicas de Iverson estamos agotados.

— Siéntense — ordenó Shiro después de meditarlo un momento, era claro que aún no tenía ni idea de que era lo que haría con el trío de adolescentes.

Los tres chicos se sentaron en el sillón que estaba emplazado al fondo de la oficina, frente al escritorio, mientras veían a su maestro deliberar consigo mismo. Tuvieron que pasar otros 15 minutos para que los jóvenes se aburrieran.

— Mira, sé que lo que hicimos no fue lo mejor pero era lo correcto.

Lance se levantó con toda intención de irse, más para su sorpresa Shiro se levantó también de golpe causando un pequeño estruendo al golpear sus puños en el escritorio.

— Les dije que no se metieran en problemas con Iverson — les regaño disgustado —. Podrían suspenderlos por esto.

— ¿Qué importa eso? — replicó el chico contrariado — No me arrepiento de haber hecho lo que hice y estoy seguro de que mis compañeros también.

Podía ser el aburrimiento, la adrenalina de lo ocurrido con anterioridad, o incluso sus propias convicciones, pero Lance se sentía irritado por la actitud de su mentor, sentía que él debía de apoyarlos ya que no habían hecho nada incorrecto, a su modo de verlo.

— Es una insubordinación, Lance — objetó el profesor mientras miraba de reojo a la chica que aún estaba sentada en el sillón —. Algunos de ustedes deberían entenderlo ya.

— ¿Disculpa?

Esta vez fue Pidge que levantó la voz y era claro que se sentía ofendida y molesta, pero Shiro no parecía tener intenciones de retractarse.

— ¿No consideras suficiente haber insubordinado en tu mismo examen de admisión? Ahora arrastraste a todo el equipo contigo.

— ¡Yo no arrastre a nadie! ¡Ellos actuaron por su propio medio!

— ¿Y quién les metió esa idea? Tienes antecedentes, Holt.

La conversación empezaba a perder el control, mientras tanto Shiro como Pidge levantaban la voz a cada palabra, llegando incluso a intimidar a los compañeros de la chica.

— Creo que debemos calmarnos — interrumpió Hunk tratando de sentar de nuevo a su compañera, pero esta no parecía escuchar nada, su rostro estaba enrojecido debido a la sangre acumulada.

— Pidge no tuvo la culpa, Shiro. Fui yo el primero en intervenir. — confirmó Lance, aunque no se encontraba seguro de la verdad de sus palabras.

— Estamos hablando de una insubordinación. Es algo totalmente inapropiado — reiteró Shiro, pero antes de poder agregar cualquier otra palabra, la chica había dado un paso al frente poniéndose muy cerca de él.

— ¿Quieres hablar de actos inapropiados, Shiro? Porque podemos hablar de actos inapropiados.

La chispa de enojo en la mirada de Shiro se apagó en un suspiro, mientras que la de la mirada de la chica ardía hasta crear un fuego, que contrastaba mucho con la confusa mirada de sus compañeros.