Garrison Proud

Conociendonos

Si Pidge tuviera que describir la cara de Lance cuando la vio llegar junto a Keith, hubiera usado la palabra hilarante. Parecía como si creyera que la chica había perdido la cabeza, mas al contrario de lo que creía, había accedido con bastante facilidad a que el chico los acompañara.

Mas ahora tenían un problema más que resolver.

— ¿Ahora a dónde vamos? — Preguntó Hunk mientras subían al autobús.

Lance y Keith ya habían iniciado su usual batalla de miradas, así que le tocaba a él y a Pidge escoger el destino. Ambos se habían acercado al mapa que colgaba en una de las paredes del vehículo para ver las paradas tratando de decidir cuál sería su mejor destino. Los chicos miraban el mapa ignorando las discusiones de sus acompañantes que empezaba a ser ruidosa mientras compartían insultos a, cada vez, mayor volumen.

— Mira — señaló la chica con alegría mientras señalaba una de las paradas —. Esta ruta pará en la feria. Solo estará otro fin de semana, deberíamos aprovechar.

— Suena divertido — se acercó el chico al mapa —. Después de tanto trabajo merecemos un poco de diversión. Todo este proyecto no nos dejó divertirnos.

— Sí es verdad.

Pidge reía nerviosa, la chica ya había ido un par de veces a pesar de su proyecto pero se sentía un poco culpable de que sus compañeros hubieran estando tan enfocados en su trabajo mientras ella se divertía.

El viaje no por ello fue menos divertido, Hunk y Pidge pasaron el resto del viaje provocando a los cadetes frente a ellos, era divertido verlos gruñir como si fueran cachorros peleando por un pedazo de carnaza. Y cuando llegaron al recinto ya se encontraban en un divertido ataque de risa.

— ¿Ahora a donde quieren ir? — Preguntó Hunk, quien siempre parecía querer un plan antes de iniciar algo, la aventura no era su estilo.

— Tengo una idea — dijo la chica con una sonrisa —. ¿Por qué no vamos a los juegos de tiro?

Lance y Keith reaccionaron a las palabras de la joven, cualquier cosa donde pudieran comprobar sus habilidades frente a su rival parecía una excelente idea.

— ¿Dónde están esos juegos? — Preguntó Lance ante la sonriente chica.

— Por aquí — dijo la joven cadete mientras avanzaba con una sonrisa divertida —. Seguro encontraremos algo más que hacer en el camino.

Los jóvenes avanzaron pero en realidad no se detuvieron hasta estar en los juegos de tiro, a Pidge le pareció notar los ojos de Keith brillar ante el enorme peluche de hipopótamo que aun adornaba el frente del puesto y para sorpresa de sus acompañantes la chica pagó un boleto para ella misma.

Recordó las enseñanzas de Shiro y calculó el desvió y disparó. Tres disparos. Tres aciertos. La chica saltaba de alegría mientras pedía el enorme peluche de hipopótamo y se giraba a sus compañeros.

— Grandioso, ¿no? ¿Quién sigue?

Los jóvenes no pudieron ocultar su asombro y sin sorprender a nadie, Lance dio un paso al frente pagando un boleto, mas antes de disparar Keith colocó su propia parte en el mostrador, tomando su lugar junto al muchacho.

Dispararon casi al mismo tiempo, más solo dos de los muñecos que servían como dianas fueron los que cayeron, dejando a ambos jóvenes boquiabiertos.

— Lo siento — rió la chica que en realidad había esperado a ese momento para advertir a ambos chicos —. Olvide mencionarles que las armas tienen un pequeño desvió