Garrison Proud

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Para los cadetes de la academia Galaxy Garrison, la vida había recobrado su habitual monotonía después del baile de la noche anterior, la cafetería se había llenado de chismes y barbullo desde la primera hora del día y todos parecían tener algo que contar. Solo una persona no parecía estar animado después de los eventos de la semana anterior y era un estudiante del primer año que empezaba a ganarse la fama de no poder emocionarse por nada: Keith Kogane.

Keith había llegado antes que nadie a la cafetería y cada que alguien entraba levantaba la mirada y seguía comiendo, se había levantado un par de veces y estaba por su tercer plato de avena cuando el resto del equipo alpha se sentó junto a él y por el sexto cuando llegaron los chicos del equipo omega se reunieron a hacer lo mismo, esto provocó su mal humor.

Si bien era usual que ambos equipos comieran juntos, eso era porque él lo decidía y no porque el equipo omega se sentará con ellos, además que eso era cuando el equipo estaba completo, al equipo omega le faltaba un integrante; y sin ella ahí, a Keith le parecía que había demasiadas personas en la mesa, aunque de hecho había menos de lo acostumbrado.

— ¿Qué le pasa? — Preguntó Hunk de forma distraída al notar la nula reacción de Keith después del discurso de 20 minutos que Lance había dado sobre los halagos que había recibido del rey Alfor por su desempeño en la carrera.

— En realidad no sabemos — contestó Mylene revisando su horario.

— Ha estado así toda la mañana — continuó Jessica terminando su comida —, debe haberse levantado del lado equivocado de la cama o algo así.

Keith les lanzó un gruñido dándoles a entender que los escuchó antes de tomar su mochila y buscar su propio horario. En realidad sus compañeras no estaban tan equivocadas pero a la vez no estaban enteradas de lo que pasaba por la mente de su compañero, al menos, no había forma de que lo supieran.

La noche del baile que marcó el fin de la semana de eventos de la semana de eventos terminó de una manera que no había terminado de comprender. Buscaba a Shiro con ayuda de Pidge con el objetivo de alejarse de Krolia y ese engreído príncipe galra que siempre estaba buscando la forma de salirse con la suya, estaba perdido en sus pensamientos cuando Pidge mencionó que necesitaba aire fresco y habían ido a uno de los jardines exteriores donde habían encontrado a Shiro besándose con la princesa Allura.

De ahí todo fue cada vez más confuso, Ryu había intentado haberse hecho pasar por Shiro, aunque fue un intento ridículo debido a su uniforme de la guardia real galra; y después Pidge había dado media vuelta y dicho que se sentía cansada y se había ido. Había sido la última vez que el joven había visto a su amiga.

Esa mañana deseaba hablar con ella antes de que empezaran las clases pero no había podido dar con ella, cosa que había empeorado su humor. Tenía esa sensación de que se estaba perdiendo de algo y lo irritaba. Fuera lo que fuera, creía que si le preguntaba a Pidge podría descubrirlo pero ella parecía haberse esfumado sin rastro alguno.

— Bueno, es hora de irnos — se quejó Jessica mirando el reloj —, la comandante Sanda no es nada paciente y si nos retrasamos nos encargará deberes extra.

— ¿La comandante Sanda?

Esto pareció haber despertado al aletargado piloto, aunque en realidad causaba un efecto similar a cualquier estudiante de la academia, la comandante era por mucho la maestra más estricta de todo Galaxy Garrison.

— ¿Lo olvidaste? Hoy empezamos las clases especializadas.

— A los mecánicos nos toca teoría de desarrollo de propulsores con la comandante Sanda — se lamentó Hunk con pesimismo —, seguramente terminaremos con una lista de deberes de un kilómetro de largo. Y no es lo peor, escuche que a los peores de la clase los obliga a correr por la pista por 3 horas.